El hecho de que Honor Colorado haya decidido no argumentar ante la Corte Suprema de Justicia la resolución del Tribunal Electoral de abrir el uso del padrón nacional a la Concertación es una muestra de reconocimiento de sus fracasos.
Habían llevado ante tribunales diciendo con argumentos -y habían reafirmado muchos de ellos en la carta que dieron a conocer ayer- que este no era un sistema que realmente facilitara la posibilidad del control de los afiliados; cuando en realidad lo que se impuso en la decisión del Tribunal es que el sufragio es un derecho, un deber y es de libre posibilidad por parte del ciudadano paraguayo, cualquiera sea pues su adherencia o no a un partido político.
Ese ha sido el caso más importante en su resolución, que ha reconocido el hecho de que los Partidos no hacen rehenes a los votantes ni estos son esclavos de ellos.
Lo que veremos ahora es la necesidad de argumentar en términos políticos y sociales la trascendencia de este evento, haciendo que más gente vaya a votar sin temor a que sean- por métodos coercitivos- llevados a una dirección o a otra.
Ha ganado la ciudadanía, y los que habían argumentado en contra han reconocido su fracaso