Mucho se critica la falta de una efectiva política de comunicación, no solo de esta administración, sino incluso de las anteriores en esta larga transición democrática. Digo transición ya que como todo llega tarde en nuestro país todavía no terminamos de construir políticas públicas entre todos para separar la politiquería de lo que realmente importa y pueda dar un mejor pasar a los que habitamos este territorio.
Tal vez le parezca un reiterado reclamo, pero ya después de más de treinta años de mala praxis, debemos de aprender a no golpearnos más contra el muro de los mismos actores incompetentes de siempre. Esto lo digo sobre la base de la mala comunicación que ejercen adrede, pero ya es hora de que rindan cuenta de porqué son tan malos haciéndolo, teniendo todo para hacerlo bien y con esto me refiero a que cuentan con todos los canales para explayarse y convencer a la gente de una gestión transparente, que rinde cuentas y de forma proactiva busca generar esa empatía con sus mandates.
Ya que tanto nos quejamos de la comunicación de MAB y si brillante equipo, aqui les dejo una historia para pensar. Poco antes de las elecciones de 1992, Bush era considerado imbatible por la mayoría de los analistas políticos, fundamentalmente debido a sus éxitos en política exterior, como el fin de la Guerra Fría y la Guerra del Golfo Pérsico. Su popularidad entonces había llegado al 90 % de aceptación, un récord histórico. En esas circunstancias, James Carville, estratega de la campaña electoral de Bill Clinton, señaló que este debía enfocarse sobre cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas. Con el fin de mantener la campaña enfocada en un mensaje, Carville pegó un cartel en las oficinas centrales con tres puntos escritos:
Cambio vs. más de lo mismo.
Es la economía, estúpido.
No olvidar el sistema de salud.
Aunque el cartel era solo un recordatorio interno, la frase se convirtió en una especie de eslogan no oficial de la campaña de Clinton, que resultó decisivo para modificar la relación de fuerzas y derrotar a Bush, algo impensable poco antes. ejemplos hay miles de casos que podemos ir citando de cómo por falta de planificación, criterios profesionales acordes a nuestra realidad, falta de comunicación interna entre los actores que ni se intercambian, tal vez por celos absurdos, información que pueda ser de real importancia y no las donaciones de semillas, motocicletas o vaso de leche. Es hora de madurar en la comunicación del estado si quieren que se los empiece a tener respeto. Interesante anécdota que viene como anillo al dedo.
Entre las nociones básicas que enseñan en cualquier clase de comunicación, presentan algunos consejos básicos para que se logre un resultado excelente cuando se quiere hacer llegar una idea. Estos puntos son: 1. Ponerse en el lugar del otro; 2. Demostrar empatía; 3. Saber escuchar y saber hablar; 4. Discutir los temas uno a uno; 5. Elegir el mejor lugar y el momento; 6. Conciliar. Creo que si empiezan a aplicar algunas de estas reglas, algo mejor podremos tener con toda su red y no solamente confianza, sino al de respeto, por vergüenza, deberían lograr de tener.