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El último quilombo

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Cristian Nielsen

Allí nació el mito de Zumbi, el líder antiesclavista brasileño del siglo XVIII

Ocurrió hace hoy 312 años.  Alagoas es un pequeño estado del nordeste brasileño flanqueado por el gigante Bahía además de Pernambuco y Aracajú. Estas delimitaciones territoriales definen el mapa político brasileño de hoy. Pero hacia finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, y según mapas de la época, las inmensas posesiones portuguesas alineadas sobre las costas del Atlántico se dividían entre el litoral oceánico y el “sertao”, término que algunos traducen como desierto y otros prefieren llamar “selva alejada de la costa” (Diccionario Cuyás). Para manejar aquella inextricable red de senderos y caminos costeros que conectaban con el interior profundo, la Gobernación de Brasil creó las llamadas capitanías y Alagoas quedó dentro de una de ellas, la de Pernambuco.

Desde los inicios de la conquista, esos territorios tuvieron suerte diversa. Tras algunas incursiones de holandeses, la corona portuguesa plantó bandera e inició la colonización. El primer recurso a explotar fue el “pau brasil”, una madera de color rojizo, extraordinariamente dura y conocida por sus virtudes de arquetería, técnica mediante la cual se construyen los arcos de instrumentos de cuerdas. 

Pero la “mata pernambucana” prometía algo más que actividades extractivas. Sus tierras mostraban aptitud agrológica suficiente para la caña de azúcar, introducida al Brasil en el siglo XVII.

Ese fue el comienzo.

BORN FREE – La caña de azúcar iba a ser uno de los principales rubros agrícolas de la colonia portuguesa, una auténtica mina de oro. Pero así como ofrecía pingues ganancias a los fazendeiros, esas rentas provenían del costo casi cero de su cultivo, cuidado y cosecha. Para ello se necesitaba algo que abundaba en aquella época: mano de obra esclava.

“De 1627 a 1807, cerca de 400.000 africanos esclavizados trabajaban allí (en Pernambuco), lo que lo convertía en un mercado tan grande como las colonias inglesas que pasaron a manos de Estados Unidos” asegura el periodista estadounidense Howard W. French, autor de “Born in blackness” que podría traducirse como nacido en la oscuridad, en las tinieblas o la negrura. Cualesquiera de las acepciones en castellano van con el tema.

Fue en aquel mundo de cadenas y de sufrimiento que nació Zumbi dos Palmares, considerado como el más grande líder guerrero de los esclavos negros del nordeste de Brasil. Su historia excede los máximos exigibles a un buen libreto cinematográfico.

Su nombre Zumbi proviene del idioma quimbundo nzumbi que se habla en Angola y cuyo significado es duende. Lo contradictorio es que Zumbi había nacido en libertad en Pernambuco, pero a los seis años fue capturado por mercaderes portugueses de esclavos. A los 15 logró escapar del cautiverio y a partir de allí inició su corta pero fulgurante carrera de liberación de sus coterráneos del yugo esclavista.

QUILOMBO DOS PALMARES – Zumbi se reveló muy pronto como un guerrero audaz y un hábil estratega. Debió serlo, según documentan algunos historiadores, porque si algo no toleraba la corona portuguesa eran los sublevados, mucho peor si eran esclavos. Y para resistir a la maquinaria militar portuguesa había que hacer gala de valor e inteligencia.

La resistencia encabezada por Zumbi se concentró principalmente en el Quilombo dos Palmares, ubicado en el que hoy se conoce como Uniao dos Palmares, un municipio del estado de Alagoas que sigue teniendo como una de sus principales fuentes de ingreso la caña de azúcar.

El quilombo estaba regido por Ganga Zumba, una especie de monarca tribal que cierto día fue convencido por la capitanía de Pernambuco de deponer su actitud cerril y allanarse a la autoridad monárquica. Eso implicaba renunciar a ciertos privilegios adquiridos por la llamada “elite quilombola”. Pero Zumbi no veía nada positivo detrás de aquel trato sino una clara amenaza contra la existencia del propio quilombo y la vida de sus pobladores.

FINAL SANGRIENTO – Harta de todos sus intentos infructuosos por capturar al “duende de los palmares”, la capitanía pernambucana contrató a Domingos Jorge Velho, uno de los más feroces bandeirantes paulistas, con la misión de arrasar el asentamiento donde Zumbi se había hecho fuerte con 15.000 hombres. La resistencia tuvo todas las características de una defensa militar pero finalmente, abrumados por la superioridad de los asaltantes, terminó convirtiéndose en una masacre. Zumbi logró escapar al cerco pero murió en una emboscada el 20 de noviembre de 1.710. Su cuerpo fue desmembrado y su cabeza puesta al tope de una lanza “para que todos entendiesen que esta empresa acaba del todo con los Palmares”, como reportara el gobernador pernambucano al rey de Portugal. 

La fecha fue adoptada en ciertas regiones del Brasil como “el día de la conciencia negra” y para los practicantes de la capoeira, ese arte marcial típicamente brasileño, Zumbi es el héroe máximo y un ejemplo de que por la libertad se entrega hasta la vida.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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