Con una notificación roja, José Luis Bogado Quevedo, herido durante la trifulca desarrollada en el Anfiteatro de San Bernardino, era requerido desde el 2014, pues pesaba en su contra una orden de captura internacional, que fue borrada “sin querer” de la base de datos por casi un año por el suboficial Ramón Vargas Espinoza de Ñeembucú. El supuesto narco es buscado en Brasil, con 34 órdenes de captura, pero se movía libremente por el territorio nacional utilizando además un documento falso.
A través de una entrevista por radio Monumental, el comisario Víctor Flores, subjefe de la Interpol, no supo informar la razón del por qué no se pudo detener al prófugo y, por si fuera poco, el mismo logró asistir a un evento masivo como el desarrollado en Sanber. Por otra parte, la Fiscalía confirmó que en la base de la policía se cargó “incumplimiento del deber alimentario” en lugar de “narcotráfico” en la causa de José Luis Bogado Quevedo.
Con esta confirmación quedó comprometida la versión del policía Ramón Vargas Espinoza, quien argumentó que debido a una confusión borró la orden de captura por parte de la Interpol a José Luis Bogado Quevedo.
Por otra parte, dejando al descubierto no solo la falta de compromiso policial, sino también de cada institución pública del país, durante el desarrollo del festival “Ja’umina”, ni la Secretaría Nacional de Inteligencia ni la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) estaban al tanto de la presencia de un sospechoso grupo “fronterizo”, incluso pese a que la Policía Nacional ya contaba con la información y que la Senad se encontraba irónicamente realizando patrullajes preventivos en la ciudad veraniega.
El nivel de debilidad y falta de coordinación institucional en nuestro país quedó expresamente demostrado en el fin de semana, pero lo más desalentador de la situación fue la declaración brindada por el presidente de la República 2 días después de los hechos, prácticamente minimizando y normalizando el narcoestado al que se acerca Paraguay.
“SON COSAS DEL DÍA A DÍA”
A través de un acto de Gobierno, siendo encarado por los comunicadores, el presidente Mario Abdo Benítez se refirió sobre los hechos acontecidos en Sanber, diciendo que la lucha contra el crimen organizado va a ser permanente y constante; habrá días de luto como el vivido el 30 de enero y también momentos de éxito para las fuerzas de seguridad.
“Hace poco teníamos tapas de diarios con el tema de que la policía logró evitar un secuestro. Es algo atípico la presencia del sicariato en un acto público; son cosas con las que tenemos que lidiar día a día”, expresó el presidente, minimizando el dolor de todo un pueblo afligido por la inseguridad reinante en cada aspecto de sus vidas y también no reconociendo la falta de eficacia por parte de la fuerza pública.
De acuerdo a la abogada y máster en política y gestión, Pilar Callizo, el presidente debió emitir un comunicado de manera inmediata a la sucesión de los hechos. Sin embargo, con una postura tardía y para colmo inoportuna, transmite una inseguridad mucho mayor porque si el primer mandatario toma la situación atravesada como algo natural, toda la población se ve obligada a “arreglarse” con la inseguridad imperante.
Pilar Callizo
“La vida en este país no es un valor para las autoridades, por eso tienen abandonada a la ciudadanía, lo que queda en mayor evidencia luego de las declaraciones del presidente. Llámese ministro del Interior o presidente de la República, si la situación le sobrepasa, esto quiere decir que es un inepto para su cargo”, sentenció la abogada.
Para la experta, responder ante la situación no solo corresponde al Ejecutivo, sino también al Parlamento, quienes deberían demandar por una respuesta de manera enérgica, aparte del Poder Judicial, el cual se encuentra muy lejos de cumplir con las funciones que debería, pues no se explica la enorme cantidad de pedidos de captura sobre Bogado Quevedo y su libre movilidad pese a ello.
En cuanto a la falta de respuestas por parte del ministerio del Interior, Callizo determinó ante el ofrecimiento de la renuncia de Arnaldo Giuzzio que, si en verdad lo quisiera hacer, no hace falta aguardar a una confirmación. “Su intención de renuncia nunca está en realidad, pues este actuar es una manera de no renunciar”, afirmó.
Ante esto, la analista resaltó nuevamente la falta de coordinación e involucramiento interinstitucional en la realidad lacerante que está viviendo el país, lo cual permite el perfeccionamiento del narcotráfico y el crimen organizado hasta verlo hoy en día en cada estamento de la sociedad.