Andrés Colmán se define a sí mismo como un cazador de historias, un periodista irredimible, un utópico incansable. A lo largo de tantos años de trayectoria en el mundo de la comunicación, ha tenido como principal bandera la verdad, y llevó una ardua lucha por desmantelar al narcotráfico, sin importar amenazas ni extorsiones.
Quien conversa con Colmán puede darse cuenta de la entrega y el compromiso que siente por su profesión. Confiesa que es un chico sencillo, del interior, que desde muy pequeño descubrió que le gustaba escribir, comunicar, leer, y con esa claridad se fue formando, y si volviera a nacer, lo haría de nuevo.
Este año ya se jubila del diario Última Hora y ya cuenta con varios libros publicados, pero Colman pretende seguir con ese mismo ímpetu que siempre le ha caracterizado a su pluma.
“A pesar de los cambios, el periodismo sigue siendo necesario, como el perro guardián de la democracia, es muy importante estar con la lupa encima de cómo se gasta el dinero público, denunciar lo que está mal, los excesos y acompañar el reclamo de los ciudadanos”, explicó el periodista.
Agregó que se da un fenómeno muy interesante con la llegada del mundo digital, los nuevos sitios web periodísticos, aportan una dinámica, distinta, fresca, creativa, muchos medios interesantes están surgiendo y están renovando el periodismo.
Lo que más le ha dejado la profesión a lo largo de estos años es el poder contactar con la gente, conocer sus distintas realidades y tratar de ayudar denunciando lo que está mal y comunicando las cosas buenas que se hacen, llevado esperanza, denuncias sobre el crimen organizado, el contrabando, el narcotráfico, como hablar sobre la limpieza de Atyrá y cosas mágicas como la celebración de Semana Santa en Tañarandy.
El periodista recordó varias ocasiones donde fue amenazado de muerte con una bala que llevaba su nombre por denunciar el crimen organizado en el Paraguay y en unas de las coberturas fue perseguido por unos sicarios y debió esconderse en unos matorrales.
“Esas situaciones se van manejando con cursos de sobrevivencia y con la experiencia de los años”, añadió.
Dijo que el periodismo paraguayo necesita recuperar la credibilidad, pues la distorsión económica y política, la falta de una rigurosidad ética, llevó a que la gente pierda mucha confianza en algunos medios y periodistas.
“Creo que hay que recuperarla con un ejercicio más ético y más responsable para que se pueda volver a creer plenamente en el periodismo. Una encuesta en los años 90 concluyó que las dos instituciones con mayor credibilidad eran los medios de prensa y la Iglesia Católica, y ambos deben recuperar esa confianza”, concluyó Colmán.
