El papa Francisco, en el día de cumpleaños número 83, ha promulgado dos nuevas leyes que, entre otras cosas, levantarán el secreto pontificio —el que viene impuesto por el Pontífice en asuntos e investigaciones de particular gravedad— en los casos de abusos a menores por representantes de la Iglesia.
La nueva norma se propone terminar con la ley del silencio que tantos años ha rodeado los casos de abusos y agilizará la tramitación de las denuncias y su posible traspaso a las autoridades civiles, en caso de que el país donde se hayan producido obligue a ello, tal y como sucede ya en Estados Unidos. La ley, conocida como motu proprio, no afecta al secreto de confesión, que sigue completamente vigente también para este tipo de delitos.
El papa Francisco ha ordenado eliminar el secreto pontificio en los casos de abusos a menores por parte de miembros del clero, atendiendo así a una de las reivindicaciones de las víctimas de pederastia. Con la nueva instrucción, que entrará en vigor inmediatamente, no estarán sujetas al secreto pontificio las denuncias, los procesos y decisiones concernientes a esos casos de abusos, según informó el Vaticano.
También se endurecen las normas sobre los casos de pederastia de manera que sea delito «la adquisición, posesión o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores de 18 años por parte de un clérigo», y no solo los menores de 14 años como hasta ahora.
Las víctimas de abusos habían pedido insistentemente que se aboliera la práctica de la Iglesia católica de imponer reglas de silencio y confidencialidad en las causas judiciales del Vaticano relacionadas con la pederastia por parte de clérigos, por considerar que se protege a los agresores.
En la nueva instrucción, «sobre la confidencialidad de las causas» se establece claramente que «no puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados ni al denunciante, ni a la persona que afirma haber sido perjudicada ni a los testigos».
La nueva instrucción detalla que en estos casos de abusos la información se tratará de manera que se garantice la «seguridad, integridad y confidencialidad» establecidas por el Código de Derecho Canónico para proteger «la buena reputación, la imagen y la privacidad» de las personas implicadas, según la Agrncia Efe.