Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
El negocio de los combustibles y el transporte en particular sigue siendo central en cualquier economía mundial. Ahora la rebaja de los precios en los combustibles G. 250 menos va en coincidencia con el menor consumo que se ha tenido durante este tiempo de cuarentena y con los precios internacionales que ciertamente tendrían que bajar dentro de un par de meses que es el periodo en el que se espera que ese combustible a más bajo precio sea comprado y distribuido a nivel del mercado local.
También hay que decir y recordar que gran parte del precio del combustible final, el que carga cada persona del tanque de su vehículo tiene una carga impositiva muy alta. Gran parte de los recursos del Estado salen de cada litro de gasolina o nafta que se carga en los vehículos.
Esto habría que decirlo alguna vez para tratar de explicar por qué cuando bajan los precios en otros países y el litro cae de manera dramática en el Paraguay no acontece lo mismo, y no pasa eso porque al Estado no le conviene tener un combustible bajo que vaya en contra de los ingresos que tiene para pagar a sus 320 mil empleados públicos y para pagar sus compras casi siempre sospechadas de corrupción de bienes y servicios.