Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Un grupo de senadores se opuso de nuevo en el día de ayer en una tremenda y desagradable experiencia política a discutir en torno al tema de los recursos públicos y dónde deberían ser colocados. Primero rechazaron que los royalties siguieran otro destino que el no ser distribuidos por intendencias y gobernaciones, éstas están en bancarrota, no tienen dinero ni para pagarle a sus empleados, y por lo tanto, no pueden vivir sin las regalías que se establecen de aquel US$ 360 millones anuales que se concede desde Itaipú.
Esa planta es la que impide también que tengamos buenos intendentes y que se dediquen a los propósitos de recaudar el tributo del impuesto inmobiliario y de vivir de otras capacidades impositivas. Ahora le han dado oxígeno porque esos royalties no podían ser utilizados para el pago de salarios, me dicen que con esa plata pueden comprar una serie de cuestiones atingentes a la salud, ya pueden imaginarse lo que será el carnaval de despilfarro, el robo y la corrupción detrás de estos royalties.
Los senadores han dicho que ese es el camino que debe tomarse y no se animaron a acabar con los privilegios de los parlasurianos, dejándolo en la cuneta de la historia, no haciéndoles más sujetos de recursos similares a los que tienen sus colegas parlamentarios normales. Tampoco trataron el recorte grande e importante de los funcionarios en general, en definitiva, renunciaron a discutir y a analizar una cuestión que hoy más que nunca es urgente porque si no hay dinero para hacer funcionar el país en términos de salud, lo que podemos tener es una calamidad y un desastre total a muy corto plazo.
