Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Los fenómenos climáticos a nivel global son cada vez más recurrentes en la agenda de la conversación. Desde la cuestión del calentamiento global hasta la la referente a la permanente suba de las aguas en los océanos que podrían poner en riesgo las ciudades que viven en las costas marinas en todo el mundo. No hemos tenido, sin embargo, el mismo éxito para concienciarnos acerca de este problema.
Seguimos pensando que el problema es de otros, y no de nosotros. Los norteamericanos dicen que no van a aceptar el protocolo de París, y eso les volvería muy poco competitivos en términos económicos.
Trump defendió ese argumento en el último debate que tuvo con el contendiente demócrata Biden, que está más de acuerdo con tomar el tema con la seriedad y el rigor que se requiere.
El Paraguay no es una excepción en todo eso. Estamos viendo los efectos en las sequías, en los incendios, en otras maneras en que la naturaleza nos está pasando el aviso de atención sobre lo que no debiéramos continuar haciendo, pero nos resistimos a cambiar, creyendo también, como otros, que el problema no es de nosotros, sino que es de otras latitudes, que tendrían que hacer el sacrificio y no nosotros.
