martes, septiembre 30

Educación remendada

El remiendo consiste en reforzar con puntadas la parte gastada de una tela, o tapar con ellas un agujero en el tejido. El término es usado también para calificar el “trabajo” hecho para corregir algo en alguien o lo que sea. En unas horas más se dará la vuelta  a clases de las vacaciones de verano. Eso representa el momento más alegre para muchos niños, jóvenes y en ocasiones para adultos responsables en educar porque el júbilo del descanso y no hacer algo específicamente se acabó. 

El educar se define cómo el desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etcétera, para enseñar herramientas, conceptos y métodos que sean útiles al niño, joven o adulto en tareas cotidianas de la vida desde calcular números, comprender lecturas, conocer de historia y geografía de cualquier lugar o temas importantes de la ciencia que exista o la materia que se encuentre en la malla curricular del nivel que se desee hacer.

Ahora a pocos días de volver a clases leemos títulos cómo; “Se avecina un nuevo inicio a clases con escuelas sin obras hechas”. Una noticia nada agradable ni cómoda para el padre o responsable del estudiante o el mismo aprendiz que al hojear el diario o navegar por la red se encuentre con esta “novedad”. Una que ya no se destaca lastimosamente por ser algo inédito en este tiempo. Uno en el que enterarnos de estas cosas ya no puede ser noticia de ningún medio de comunicación que nos debemos ocupar de informar o analizar de temas más profundos cómo si existen novedades en lo que se enseñaría y porqué se abordarían materias, conocimientos o habilidades nuevas. 

Un retorno igual

Desafortunadamente vamos de vuelta a ver, leer y escuchar de temas que nos muestran las debilidades y falencias del sistema educativo nacional que “funciona” o lo intenta hacer con remiendos para improvisar clases al aprendiz que merece atención y comodidades suficientes para aprehender bien lo que se le eduque sin estar bajo riesgos que supone por ejemplo encontrarse en aulas sin techo, ventanas o con infraestructuras dañadas. 

En la vida aunque existan actividades que funcionan a través de la improvisación cómo en la música, el deporte o cualquier otro campo donde sea posible crear o inventar maniobras en el maniobras o expresiones que nos hagan admirar una jugada o melodía interpretada. También hay compromisos o responsabilidades que funcionan mejor con la planificación  o prevención de tareas y no con remiendos sobre la hora de lo que se debió hacer antes para por ejemplo no tener aulas en buen estado para recibir al alumnado o profesorado en cualquier institución pública o privada. En los 365 días del año tienen tiempo suficiente para prever y/o corregir lo que necesitara cualquier ser humano para aprender bien lo que se le enseñe.

Estamos a menos de una semana para que nuestros hijos, sobrinos o nietos se uniformen, desayunen y con su maletín o mochilas cargadas de libros, cuadernos y todas las herramientas que pide una institución para que aprendan bien empiecen su año académico.

Tiempo en lo único que funciona para lograr buenas calificaciones es el espíritu, voluntad y ganas de aprender de cualquier alumno, la existencia de un buen guía, profesor o maestro que eduque y motive bien al estudiante que debe tener cómo referencias no la improvisación o remiendos para corregir lo que sea sino sobre todo la prevención y planificación previa antes. Todo esto antes  de asumir compromisos serios cómo el matrimonio, ser contratado para un empleo o iniciar proyectos de servicios, comenzar la preparación de habilidades para algo en particular en escuelas, colegios, universidades o instituciones particulares. Lo que enseñamos con la dejadez es mucho de lo que vamos a vivir en el futuro. A tenerlo en cuenta.