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Asunción

Dolencias llamativas

Así cómo la naturaleza fuera de nuestros organismos nos sorprende, es común maravillarnos de lo que sucede dentro nuestro también, por ejemplo alguna vez ¿se imaginó sudar sangre? De nuestros poros no solo podemos sudar un líquido claro y salado que el cuerpo produce para enfriarse, que está compuesto por agua, sal, minerales, sustancias orgánicas, lactato y urea sino también otras cosas.

Existen casos de hematohidrosis, término que proviene de las palabras griegas antiguas haîma/haimatos, que significa sangre, e hīdrṓs, que significa sudor, Ocurre cuando los vasos sanguíneos capilares que alimentan las glándulas sudoríparas se rompen debido a un estrés físico o emocional extremo. 

No se asuste al ver a una persona o que de su misma piel emerja sangre. Un líquido común en el cuerpo y el entorno de todo ser vivo cómo en las películas de acción  terror, que de ser posible debemos dejarlo en sus lugares de origen y no extraerlos por diversión o cualquier motivación bizarra que tengamos con el querer observar, oler  o sentir sangre ajena. 

Sorprendente pero cierto 

Algo nada agradable por lo personal que se es el estar en contacto con el líquido interno de cualquier ser vivo. Tenemos sangre en nuestros cuerpos, bajo la piel, en nuestras venas y órganos que funcionen gracias al ácido desoxirribonucleico, que de tanto en tanto es extraído para que se nos hagan estudios clínicos para evaluar el nivel de  nuestra presión sanguínea, calorías y que están donde están para cumplir una función. Aunque las motivaciones y estímulos humanos sean más fuertes que pueden llegar hasta hacernos sudar sangre en realidad puede pasar.

Históricamente se describe en la persona de Jesucristo, según está escrito en el Evangelio de san Lucas(22,44) que sudara sangre. No es extraño que Lucas (autor de uno de los cuatro evangelios) escribiera de este interesante detalle, pues él mismo, según se relata en la Biblia, era médico véase Colosenses 4:14. No es algo común o normal que sudemos sangre por los poros pero así y todo no debe ser tomado cómo algo muy extraño y dejar de lado a una persona que presente estos síntomas.

No hay tratamiento disponible para esta enfermedad y se desconoce su causa, aunque el estrés está vinculado como un factor precipitante. Por lo que es recomendable un vida en compañía de las amigas paz y calma, alimentación sana cómo descanso en condiciones y tiempo adecuado.

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