Siguen tomando a la ligera los compromisos antilavado de dinero
El futbol profesional es, antes que nada, un negocio que mueve descomunales cantidades de dinero. Los ítems son interminables: salarios de jugadores y técnicos, pases internacionales, derechos de transmisión, esponsoreo de estrellas, publicidad estática, etc.
En el país que inventó el fútbol, Inglaterra, la Majesty’s Revenue and Customs (HMRC), o Real Hacienda y Aduanas, equivalente a nuestro Ministerio de Hacienda, pone a los actores de este deporte bajo la lupa fiscal. Los jugadores dejan al tesoro público el 45% del salario percibido, además del 19% en concepto de derechos de imagen, un ingreso que es incluso más voluminoso y duradero que la vida útil como deportista activo. Inglaterra es sede de dos de los clubes con mayor valor de mercado, el Manchester City y el Chelsea. El primero cotizaba a enero pasado 992 millones de euros (US$ 1.060 millones) y el segundo 879 millones de euros (US$ 939 millones). Parte baja, estos monstruos dejan en Hacienda cada año el 20% de sus utilidades por impuestos a las sociedades. Con algunas variaciones, este panorama es común a todos los países que juegan en la UEFA Nations League.
Dicho esto, es imaginable la cantidad de dinero sucio que puede inyectarse en semejante show business si los controles fiscales son livianos o inexistentes. En el caso de la UEFA, rige la denominada Quinta Directriz aprobada por el Parlamento Europeo y que obliga a asentar en registros públicos toda transacción vinculada a actividades deportivas profesionales, empezando por el fútbol. El registro incluye nóminas de jugadores, técnicos, sueldos, primas, pases y premios en todas las monedas vigentes, incluidos los cryptoactivos.
¿Cuándo haremos algo parecido en el Paraguay? Por el momento, no hay interés. Los diputados mandaron al freezer un proyecto de ley que incluye a los clubes de fútbol como sujetos obligados a reportar operaciones sospechosas de lavado. Y un dato de cierre: Los cuatro clubes más valiosos (Cerro, Olimpia, Libertad y Guaraní) suman un valor de mercado de 85,7 millones de euros (US$ 91,3 millones), según Transfermarkt. Pero los honorables los han blindado, una y otra vez, contra los reportes de operaciones sospechosas (ROS) a que sí están obligados bancos, financieras y empresas de todo tipo.
Tanto compromiso con la opacidad pinta de cuerpo entero a los honorables, una vez más.
