No se borra una inconducta a base de dinero.
Un diputado planteó pagar una considerable suma de dinero -algo así como 100 salarios mínimos- para liquidar una causa que se le abrió en fiscalía por haberle hecho pagar su personal doméstico a la Cámara de Diputados. Digamos que esta es una inconducta transversal a muchos políticos que, llegados al poder y asentados en la planilla de pagos del Presupuesto, consideran una especie de “derecho adquirido” hacer participar del festín a amigos, familiares, paquitas, servicio doméstico, jardineros, choferes y todo lo que tenga que pagar para sostener un modo de vida rumboso.
El legislador de marras planteó el “negocio” añadiendo una pregunta típica de leguleyo en plan de litigar: ¿Queremos reparar el daño o sancionar por sancionar?. Y a continuación, la inevitable muletilla de campaña, algo así como que “sancionar porque sí es buscar consecuencias políticas para el legislador”.
¿Se dan cuenta del argumento retorcido que plantea el legislador? En términos de la calle,
significa poner sobre la mesa un montón de plata, doscientos millones, para que no se hable más del asunto. En suma, comprar, a precio de mercado, una foja limpia.
No, señor diputado, no es así la cosa. Al obrar como lo hizo, es decir, hacerse pagar con plata del contribuyente el salario de su cocinera o su mucama, no sólo está usando indebidamente dinero que no le pertenece. Está, antes que nada, traicionando la representación que le ha sido confiada en las urnas. Usted hizo un juramento el día en que se inauguró el mandato 2018-2023. Juró desempeñarse debidamente en el cargo y obrar de conformidad con lo que prescribe la Constitución. Y la Constitución, hasta hoy, no lo autoriza a hacerse pagar sus gastos domésticos con dinero sacado del presupuesto de la Cámara. Para eso usted recibe 32.000.000 de guaraníes mensuales. De ahí deben salir sus gastos caseros. ¿No le alcanza? Renuncie y busque otro trabajo. El pueblo no tiene porqué pagarle su estilo de vida.
¿Ah, cómo, sólo ahora se da cuenta de las consecuencias políticas de su inconducta? ¿En qué mundo vive? Claro que sus adversarios van a aprovecharse, en todas las formas posibles, de su avivada. Un mínimo de astucia lo habría alertado sobre las consecuencias de maniobras que a otros colegas suyos les costaron muy caro.
Y mejor guarde sus 200 millones. Podrían hacerle falta muy pronto.