La basquetbolista del Club Libertad, Karina Vega, de 32 años, explicó que venía preparándose muy bien en la temporada 2020 con su Club, pero debido al paro de actividades por la pandemia del Covid-19, no pudo competir en el torneo local.
Durante el 2021, fue convocada a la selección de mayores, torneo que da plazas para el Campeonato Fibas América, que igualmente quedó suspendido, por lo que las autoridades decidieron que fueran las selecciones con mejores raitings. Paraguay quedó fuera por estar en quinto lugar. Las selecciones que clasificaron fueron: Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela.
“Estábamos seguras que íbamos a clasificar entre los 4 mejores, pero la pandemia nos jugó una mala pasada. Esto nos dejó realmente bajoneadas y ahora estamos esperando que empiece el torneo local”, manifestó.
Aseveró que la tardanza de la vuelta del torneo local afectó mucho a todas las jugadoras debido a que les quitaron dos años del deporte. Igualmente, comentó que solo volvieron un tiempo para la preparación con la selección de mayores y el sudamericano de clubes, sin embargo, no duró más de un mes.
“Hay mucha ansiedad por parte de todas, ya van dos años sin básquet y la verdad es que se extraña mucho”, expresó.
Manifestó que la vuelta del torneo local les traería una luz de esperanza para volver a hacer lo que tanto les gusta. “El deporte en sí es un escape a muchas cosas que ayuda a que los jóvenes a disfrutar de su etapa de deportista. Este tiempo fue fatal para todas nosotras por lo que volver a las canchas lo más pronto posible sería un lindo regalo”, aclaró.
Contó que las chicas van dejando de jugar cuando se dan cuenta que no reciben el apoyo necesario para continuar su carrera como deportista. Opinó que necesitan que el torneo se vuelva más competitivo, con más equipos preparados para alcanzar un mejor performance.
“Necesitamos que el torneo local tenga un poco más de nivel y obviamente un apoyo importante para que los equipos se preparen de mejor manera. Esto nos va a dar más resultados cuando tengamos que disputar los torneos con la selección y podamos estar entre las mejores de Sudamérica”, aseguró.
Declaró que durante el encierro por el Covid-19, para poder entrenar tuvo que comprar muchas herramientas de trabajo y construyó un mini gimnasio en su casa, allí realizaba sus ejercicios diarios para poder continuar en forma y no perder el ritmo. “Me enfocaba mucho en eso, en la comida y en el descanso para no bajar de rendimiento”, aseguró.
Expuso que la pandemia fue la mayor barrera para la vuelta del básquet y posteriormente, los costos que tenían los test. No obstante, hoy ven que ya casi todo está volviendo a la normalidad de tal modo que esperan que pronto puedan disfrutar de nuevo del deporte.
Actualmente Vega se encuentra con una lesión que se causó jugando al fútbol, deporte que también practica, y en enero volverá a sus entrenamientos, pero aseguró que estará alentando de cerca al equipo.
SU HISTORIA CON EL DEPORTE
Karina Vega empezó a jugar básquetbol a los 6 años, deporte que conoció mediante sus padres, quienes se conocieron practicando. Tuvo sus comienzos en el Inter, luego continuó en el colegio y después llegó a los clubes.
Garantizó que el básquet le abrió muchas puertas, al igual que el fútbol. “Estuve en varias selecciones nacionales donde logramos cosas importantes como clasificar a un premundial y salir segundas a nivel sudamericano”, recordó.
Desde que supo de la posibilidad de vivir del deporte, decidió dedicarse de lleno a ambas disciplinas. “Dios me dio el talento, solo necesitaba mucho sacrificio y disciplina”, afirmó Karina.
SU DEDICACIÓN Y METAS
Contó que entrena hora y media aproximadamente de gimnasio todos los días, tres veces por semana en lo que se refiere a la parte cardiovascular y luego están las prácticas de los deportes.
“Me encantaría ganar un Sudamericano, llegar a las Olimpiadas, y por qué no, a un Mundial. Sería lo ideal para ver en qué nivel estamos comparando con las potencias mundiales”, afirmó.
Karina animó a las deportistas paraguayas a que luchen, sueñen, no se den nunca por vencidas y no permitan que nadie les diga hasta dónde pueden llegar. “Los límites los pones vos y los sueños están para ser cumplidos”, concluyó.