11 años, 5 meses y 21 días después de una guerra que para algunos no tiene sentido; Rusia y Ucrania empiezan los diálogos de paz en la fría Alaska entre el presidente de Rusia Vladimir Putín y los EE.UU Donald Trump. La gente se pregunta ¿Podrían cambiar de manos partes de Ucrania?. El objetivo principal de Trump es negociar un acuerdo de alto el fuego para poner fin a la guerra. Trump busca que Putin se comprometa a un cese de hostilidades. Sin embargo, las demandas de Rusia para un acuerdo de paz incluyen el reconocimiento formal de los territorios ucranianos que ha anexado, que Ucrania renuncie a su aspiración de unirse a la OTAN y limitar el tamaño de su ejército. Estas condiciones han sido rechazadas por Ucrania. El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky solicita:
- Retirada completa de las tropas rusas
- Restauración de la integridad territorial
- Justicia y rendición de cuentas
- Reparaciones de guerra
- Garantías de seguridad
- Rechazo a la cesión de territorio
Lo hace quien preside un país que perdió se estima que alrededor de 400,000 bajas, que incluyen muertos y heridos, con un número de muertos que se encontraría entre 60,000 y 100,000 soldados. Un número importante pasta un país de una población de 37.86 millones de personas. Son solo cifras, más lo que importa es saber que los afectados son personas cómo yo, ustedes, nuestros parientes, amigos y conocidos.
Aunque no sean las mismas condiciones climáticas, el mismo idioma, comida, diseño y estructuras edilicias y sociales, los afectados son seres humanos y con la empatía que merecen podemos con la imaginación ponernos en su lugar y sentir la pérdida de cosas, seres queridos o nuestra salud por el uso de herramientas bélicas o actitudes ofensivas de uno contra otro.
Búsqueda de opciones
Esperamos que estas conversaciones inspiren a otras personas terminar el uso de herramientas de guerra contra soldados o civiles que también deben poner de su parte dejando de lado las armas y provocaciones que pueden incitar el empezar o continuar ataques de uno contra otro. Que no construyen ni reparan nada solo destruyen, perjudican, siembran odio, rencor y resentimiento en el espíritu y mente de la población no solo en el momento de sufrir un ataque sino quedan en el espíritu de la gente de por vida.
Así cómo fueron la guerra de la triple alianza 1864 y la guerra del Chaco 1932, que aunque ya haya pasado tiempo de su fin, las cicatrices han quedado marcadas no solo en la piel de ex combatiente sino en la cabeza del paraguayo. Los paraguayos tenemos experiencias de guerras pasadas, también conocemos de casos foráneos para no volver a tener conflagraciones contra nadie en el continente ni fuera de aca tampoco. No sirve pelear sin razón o “de onda” cómo dice una persona que conozco que golpea a quien sea sin motivo alguno.
Esperemos que esa paz ya llegue “de onda” o de forma natural cómo debe ser todo entre todos siempre para lograr la integración, producción e intercambio pacifico de bienes y servicios en orden entere un país con otro en el único planeta que tenemos para respirar, ver, escuchar, sentir, movernos y hacer lo que nos permitan las condiciones climáticas, atmosféricas, cómo nosotros mismos si no nos encaprichamos con dar vida a ideas bélicas oficiales o por guerrillas que también causan daño no solo a los enemigos marcados sino a civiles e infraestructuras que no merecen recibir plomo o verse afectados por el uso de bombas artesanales.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares