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Destapabocas – Ni un payaso más

Por la boca se pide lo que se quiere, Marito mencionó la biblia y se vino el inminente apocalipsis. En estos últimos días se desataron fuertes lluvias que desnudaron la triste estafa a la que estamos sometidos hace décadas. La naturaleza no tiene la culpa de la emergencia vial, es la corrupción la que nos puso en este lugar.

 

Tantos años moldeando las leyes a su antojo que Paraguay está como una bomba de tiempo que le quedan pocos tic-tacs. Estos políticos no van a parar, porque no conocen otra forma de hacer política que corrompiéndola, si no los empujamos al abismo nos arrastrarán con ellos y el único provecho que podemos sacar de este deplorable escenario es que se percibe un aire pesado de descontento y hartazgo unánime, que puede terminar en el peor desenlace para el Partido Colorado: la llanura. Están cavando su tumba y nos están haciendo el favor. El caos que sumó la lluvia, malas designaciones en altos cargos y detención con tinte político al líder opositor caldean el campo de juego y deja con hambre a la oposición.

 

Mientras la ANR está mirando su ombligo y ocupada tropezándose con sus grietas, los demás partidos deben ponerse las pilas y llegar a un acuerdo para el 2023, porque sabemos que otra alternativa no hay. Urge una mesa de diálogo, dejar los egos de lado y plantearse un mismo objetivo común: darle una patada al Partido Colorado.

En tanto, la tarea de los ciudadanos es tener una mínima gota de amor propio para votar este año en las elecciones municipales y no dejar que ningún payaso con corbata logre el rekutu o se cuele en un municipio. Ciudades, si es que se las puede llamar así, como Lambaré o San Lorenzo son inhabitables, desaliñadas, intransitables. Dejar de votar con el estómago y empezar a usar la razón es un deber.

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