Se debe mantener la confiabilidad de la vía navegable y continuar con acuerdos que contengan una mirada integral que favorezca al comercio y no generen distorsiones, coincidieron en señalar Juan Carlos Muñoz, director titular del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (CAFYM), y César Jure, presidente de la Cámara Paraguaya de Comercializadores y Exportadores de Cereales y Oleaginosa (Capeco) y director titular de la Cámara de Terminales y Puertos Privados del Paraguay (Caterppa), durante la Plaza Pública Dende, donde se abordó el tema «Transporte fluvial y logística. La importancia determinante de la Hidrovía y la logística para la economía del Paraguay», moderado por Yan Speranza y la apertura de Alberto Acosta Garbarino, titular de Dende.
Paraguay cuenta con una flota de más de 3.000 embarcaciones y aproximadamente 400 remolcadores que sirven no solamente a Paraguay sino a toda la región, empezando en Corumbá (Brasil), abarcando los puertos del canal Tamengo, en Bolivia, hasta el Río de la Plata, Argentina. Esto genera empleos para un poco más de 5.000 personas de manera directa y unos 25.000 de manera indirecta.
Actualmente se transportan 22 millones de toneladas por la hidrovía Paraguay-Paraná y se estima que, para el año 2030, la cantidad de toneladas transportadas se incrementará a 50 millones.
En este contexto, la decisión de Argentina de cobrar un peaje de la Vía Navegable Troncal (VNT), del río Paraná, desde la zona comprendida entre el Km. 58.4, tramo exterior de acceso al Puerto de Santa Fe, hasta la altura del Km. 1238, denominado Confluencia, genera preocupación debido al efecto que podría tener en las exportaciones e importaciones de nuestro país.
Se estima que la aplicación de la tasa o peaje tendrá un impacto en la economía paraguaya muy importante, pues generaría un costo de entre 35 y 40 millones de dólares solamente para los productos paraguayos, lo que será trasladado al consumidor final.
Para Juan Carlos Muñoz, es el momento de empezar a tener otro estilo de gestión en nuestras relaciones internacionales respecto a la logística, ya que forma parte importante de la ecuación de costos y de la competitividad de la producción paraguaya. En ese sentido, sostiene que, si los países no están dispuestos a recrear los Acuerdos que se dieron en los años 90, cuando había un auge de integración, muy probablemente se tendrán escenarios muy complicados para la competitividad. Indicó que los países deben ponerse de acuerdo en llevar adelante obras que abarquen todo el espectro de la Hidrovía, desde los dos puntos económicamente activos que son Corumbá y Río de la Plata.
El 26 de junio de 1992, Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay firmaron el Acuerdo de Hidrovía para el transporte de cargas a través de los ríos Paraguay y Paraná, exceptuando el río Alto Paraná. La integralidad de la obra se perdió en el año 2004 cuando en conjunto se decidió que cada país debe encargarse de su tramo. Muñoz refirió que más allá de la soberanía, se debe entender que el río no se puede intervenir por tramos y que los países deben ponerse de acuerdo sobre qué, cuándo y dónde se harán las intervenciones para mantener la navegabilidad del río.
La flota paraguaya maneja prácticamente el 94% de todo el comercio fluvial desde Corumbá, Brasil, hasta el Río de la Plata, Argentina. El porcentaje restante está constituido por cabotaje argentino, en la parte de combustible y algunas barcazas con registro uruguayo.
A esto se debe sumar la potencialidad de la ruta Interoceánica, que abarca desde Carmelo Peralta hasta Pozo Hondo, y que generará un derrame económico con la prestación de servicio que será beneficioso para Paraguay. Son 3.984 kilómetros desde Santos (Brasil) a Antofagasta (Chile), con casi 600 kilómetros pasando por Paraguay, que implica una potencialidad inicial de 2.000 camiones por día, con un derrame estimado de 200 dólares por camión por día.
Por su parte, el titular de Dende, Alberto Acosta Garbarino, manifestó que Paraguay hoy tiene graves deficiencias de dragado y de balizamiento en los ríos Paraguay y Paraná, que no permiten que sean fluidamente navegables. A ello sumó los eternos problemas con Argentina, que pretende cobrar un peaje por el paso de nuestros barcos hacia el mar.
Entretanto, César Jure coincidió en que no se justifica el cobro del peaje en ese punto, porque es el tramo fluvial para barcazas y un área donde hay muy poco trabajo por hacer para que este tipo de embarcación navegue.
Actualmente hay 34 puertos privados, muchos de ellos especializados en granos, y otros para cargas generales de contenedores, cargas líquidas, cargas secas, cargas sólidas y cargas a granel.
Paraguay tiene 543 kilómetros soberanos de navegación fluvial, desde el río Apa hasta el río Pilcomayo. Actualmente, se pretende llevar a cabo un estudio con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (Usace, por sus siglas en inglés), quienes elaborarán un plan maestro que permitirá un abordaje integral de la cuenca soberana.
Jure manifestó que una vez definido el plan maestro, se debe determinar quién se va a encargar de realizar las obras, cómo, el calendario de trabajo y la disponibilidad económica.
Una alternativa podría ser a través de una iniciativa público privada, a través del pago de peaje en compensación, lo cual no agrada al sector exportador; y la otra, es continuar haciendo los trabajos con recursos del Estado, con intervenciones puntuales donde haya dificultades de navegación.
Al respecto, Capeco solicitó que se discuta a nivel del Comité de la Hidrovía las intervenciones que se realizarán y cómo serán compensadas estas intervenciones, de manera que se acuerden los trabajos a realizar y no haya una imposición unilateral.
Respecto al proyecto de esclusas de Itaipú que está contemplado en el Tratado y el segundo puente que construye la binacional, César Jure señaló que si bien no se trata de un puente bimodal el que está concluyendo remarcó que todas estas inversiones de infraestructura de comunicación al interior del continente son importantes para el país.