viernes, octubre 31

Descentralizar para avanzar/ Felix Martin Gimenez Barrios

Cuando se habla del término de “país descentralizado”, uno se puede encontrar con la
definición de una nación cuyos poderes políticos, administrativos y hasta culturales, se
distribuyen entre niveles de gobierno, el nacional, el regional y local, en términos
simples, estados cuyo poder no esta limitado a una sola ciudad o región de su
territorio. La autonomía regional, la distribución del poder y las oportunidades para
diferentes comunidades, son moneda corriente.

La cuestión cambia cuando se trata de un país que toda su influencia o poder se sitúa
en una ciudad que, por lo general, seria la capital. Esas naciones se las denomina
“países centralizados, donde, en resumen, existe alguna urbe o región en donde el
gobierno central es tan fuerte e influyente que pareciera que se trata de una metrópolis
que gobierna sobre sus colonias, que serian el resto del país.

Eso se debe a la desigualdad en la creación y distribución de riqueza. Un gobierno
central puede dar privilegios y favorecer así, algunas zonas o grupos, dejando a un
lado a otros sitios que cuentan con potencial y capital humano, lo que puede llevar
hacia una disparidad significativa de los recursos, beneficios y oportunidades que los
ciudadanos puedan obtener.

Por lo general, el gobierno central se favorecerá a si mismo y tal vez a sus vecinos en
cuanto a la capacidad de generar puestos de empleo y trabajo. Tal ha sido el caso del
Paraguay durante mucho tiempo en el que, desde distintos departamentos, los
lugareños dejaban atrás sus hogares buscando instalarse en la capital, persiguiendo
algún sueño o necesidad, algunos lograron parte de sus objetivos, otros no corrieron
con la misma suerte.

Resulta que, aunque esa migración quizá logro disminuir, resulta evidente que al país
se lo sigue tomando desde un punto de vista muy capital céntrico, casi todo lo que se
produce en Asunción o esta muy desconectado de la realidad de otros departamentos
o directamente, la ciudad impone su influencia de forma pasiva o activa sobre otros
territorios. Uno de los aspectos de la centralización y su impacto negativo, ocurre en el
área de salud, donde hospitales asuncenos deben de atender a pacientes de otras
ciudades, pacientes que muchas veces, mueren en la ambulancia durante el traslado.

Eso es algo que esta muy lejos de ocurrir en naciones como Alemania, donde los
estados federados gozan de una fuerte autonomía sin la guía de Berlín. O en España
cuyas regiones autónomas cuentan con la capacidad de tomar sus decisiones propias
sin que Madrid se meta. China y Estados Unidos también son países descentralizados
y son hoy día los dos países mas ricos, poderosos e influyentes.

Aunque los países centralizados tal vez cuenten con ventajas como la unidad y rápida
toma de decisiones, lo cierto es que, por cada una de las cosas buenas, una nación
donde la distribución de poder es muy clara, siempre tendrá al menos mas de cinco
ventajas y la mayoría de ellas en relación con economía y seguridad. Es necesario
plantear como se podría explotar otras oportunidades para que cada departamento del
país pueda prosperar y que sus ciudadanos puedan sentirse realizados en su tierra.