Las amenaza por develar la verdadera razón y fortuna de Cartes no parece ser muy complicada para los de afuera pero sí para los de adentro. Pareciera ser que dentro de la misma estructura del Partido Colorado y del Gobierno de Abdo no existe más que la voluntad de amenazar a Cartes de que le sacarán todos los trapos sucios y que lo investigarán.
El otro se estará riendo, diciendo “tengo todo el control de los aparatos que realmente pueden terminar conmigo” y nos queda mirar con cierto nivel de expectativa lo que pueden hacer brasileños, panameños o norteamericanos cuando los asuntos nuestros de este porte deberíamos resolverlos nosotros.
Si los paraguayos no tenemos la voluntad, el deseo y la intención de que estas cuestiones lleguen a fondo, no pasará esto de un chake, de una amenaza, de decir que algo va a ocurrir cuando en realidad nada pasará.
Terminaremos como la pelea entre Friedmann y Cartes, que se dijeron de todo, se insultaron a lo máximo y terminaron abrazados. La realidad de la política paraguaya es notablemente mendaz y todos de alguna manera están unidos por la complicidad de la corrupción.