Los chilenos han elegido al joven Gabriel Boric como su nuevo presidente; es uno de los mandatarios más jóvenes de América Latina y llega en un momento de conmoción en ese país trasandino, especialmente, muy desigual -igual que nosotros y los brasileños- y que requiere una gran tarea por parte de la administración nueva que asume el poder en ese país y que tendrá que enfrentar esas grandes cuestiones chilenas en donde el crecimiento económico de una pequeña élite dejó marginado a un gran sector de ese país.
Hay que sumar también los problemas de orden cultural e histórico en el sur con los mapuches, a eso también habría que hablar de una cuestión que alguna vez se intentó replicar como modelo exitoso en toda América Latina, pero resultó un fracaso también en Chile qué son las AFP o las Agencias de Fondos Privados para la Jubilación qué ha traído mucho desencanto en esa en esa nación trasandina.
Boris, que ha sido el mismo joven que salió a las calles pidiendo mayor cantidad de recursos para la educación a la Presidenta Bachelet, es hoy quien regresa de la mano de un pueblo que salió a la calle para protestar por un leve incremento en el precio del subterráneo no hace mucho tiempo, y qué hizo que un millón de chilenos corearan a grito pelado que Piñera se fuera.
Alguien afina su línea, Cast salió derrotado por más de diez puntos en la segunda vuelta en ese país trasandino. Le queda a Boric demostrar que puede hacer una gestión realmente en provecho de todos y no reavivar los fantasmas de 1970.
