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De justos, ricos y pobres

Secretario General del Comité Central del Partido Comunista Paraguayo

Se habla de una designación a dedo, sin respetar la ley de transparencia y salteando procedimientos, en la formación de la terna para el cargo vacante en la Corte Suprema de Justicia.

Antonio Barrios, senador de la ANR, celebró que sean todos colorados. Y exponentes de la oposición cuestionaron todo lo mencionado más arriba y además refirieron que debía haber pluralismo político.

Estamos hablando del Poder Judicial. Estamos hablando de la justicia que funciona para el que más poder económico tenga. Sobre esto no existen diferencias. Toda la población paraguaya sabe que la justicia funciona así. De hecho, en las cárceles de menores, mujeres y hombres, la inmensa mayoría es pobre y no tiene sentencia firme. Está en la cárcel por ser pobre. Como había dicho Fabricio Arnella en un artículo de hace años, las cárceles son “auténticos depósitos de pobres abandonados a su suerte, la mayoría de ellos sin cama, comida, techo ni defensa alguna”.

Por eso, en un Estado narcomafioso que expresa el poder de los patrones, la clase trabajadora está condenada a la explotación y la injusticia. El problema no se resolverá con pluralismo político cuando los intereses de la clase explotadora siguen siendo totalmente dominantes. Y menos aún en crisis como la que estamos viviendo en la actualidad, donde la tasa de ganancias se reduce y los explotadores reaccionan recortando salarios, el pago de horas extras, la estabilidad laboral, el seguro médico, la jubilación y demás.

Por eso, existen presos políticos como los seis campesinos (Arístides Vera, Basiliano Cardozo, Simeón Bordón, Agustín Acosta, Roque Rodríguez y Gustavo Lezcano), que fueron condenados a 35 años con la testificación de una sola persona que se contradijo tres veces en su relato. Los seis eran formadores políticos del Partido Patria Libre. Fueron condenados por una justicia que violó más de 40 artículos de su propia legislación para hacerlo, sin ninguna prueba. Fueron condenados por oponerse a la injusticia reinante.

O el caso de Genaro Meza, militante del Partido Paraguay Pyahura (PPP), que sigue preso hace más de dos años, acusado de ser cocinero del EPP, con un supuesto testigo que lo vio cocinando en el campamento del grupo armado. El PPP presentó pruebas contundentes, con fotos y muchísimos testigos que aseguran que Meza estuvo cocinando en marchas y campamentos en Asunción y zona Central, en las mismas fechas que dicen haberlo visto con el grupo armado en el norte del país.

De esta manera, ante la podredumbre moral, política y económica de las patronales y de sus partidos políticos, el desafío a la imaginación y a la acción superadora se nos presenta con un rostro de reclamo y estímulo a la rabia organizada.

Columnistas
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Expertos en Historias urbanas.

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