viernes, febrero 21

Culto a la tiranofilia / Félix Martín Giménez Barrios

Resulta alarmante ver como hoy en día, en distintos países y culturas del planeta, se
ha normalizado como romantizado el llamado “culto a la personalidad” de sus lideres
políticos, muchos de ellos puestos en el poder de forma democrática. Este tipo de
culto no es mas que la practica de crear y vender una imagen idealizada de un líder,
con el propósito de conseguir lealtad, devoción y obediencia en las masas seguidoras.

Este fenómeno siempre esta relacionado con los estados totalitarios en donde la figura
del líder es básicamente la de un mesías, es decir, el líder es el puente, la puerta y la
llave hacia un paraíso, hacia un futuro mejor para el pueblo. Esto se alcanza tras una
serie de intensas campañas en donde gracias a la propaganda y manipulación, se
logra crear mitos, símbolos y rituales alrededor del político y su relación con la realidad
social.

Estos hechos causan en corto o largo plazo, una deriva del pensamiento intelectual
hacia la tiranofilia, un término que se refiere a la admiración a los “lideres supremos”
que muchas veces, son perpetuos en el poder. Los supremos son como monarcas
absolutos en todo menos en el titulo y nombre, se muestran como los únicos capaces
de proteger a la población, al país y sus intereses, su palabra es la ley.

Entonces podemos entender muy bien que, en política, la tiranofilia y el culto a la
personalidad van de la mano, son dos caras de la misma moneda, pueden reforzarse
mutuamente creando una realidad de autoritarismo y sumisión. Grandes ejemplos en
la historia son el caso de: La Alemania nazi bajo Hitler, la Italia fascista de Mussolini y
la dinastía Kim en Corea del norte.

¿Qué mueve a la gente para apoyar lideres mesiánicos? ¿Será la promesa de
seguridad social y cierta estabilidad económica? ¿Es la nostalgia por las glorias del
pasado? Hay demasiadas repuestas complejas, pero, en resumen, la tiranofilia es un
síntoma de un pueblo que no tiene fe ni esperanza en la democracia por lo que la
censura y la falta de derechos humanos son moneda corriente en esos países.

Tras toda una historia de varias dictaturas en Paraguay, los historiadores y expertos en
ciencias políticas sabrán que esos tiranos hicieron muy bien su trabajo al acabar con el
pensamiento crítico en la población. Tras finalizar la guerra de la triple alianza, el país
se ha vuelto un pueblo de tiranófilos, que admira a guerreros, el culto a la personalidad
manejado desde los partidos políticos es su principal arma para crear a figuras
mesiánicas que nos prometen lo de siempre pero nunca lo consiguen, un futuro mejor.