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Cuando un amigo se va

Es desgarrador recibir día a día decenas de afiches a través de redes sociales que, disfrazados de colores y deliciosas comidas, tienen de trasfondo la noche oscura que están pasando miles de familias de nuestro país, desamparadas y violentadas por el gobierno nacional. Uno de esos afiches era de mi amigo Roberto, una persona con la que trabajé y a la cual apreciaba mucho. Ingresó por otra patología en los primeros días de enero, luego se contagió de COVID-19 y el domingo, luego de 80 días de lucha, su corazón dijo basta y así Rober se nos adelantó.

Genera mucha ansiedad y angustia saber que uno necesita de un sistema deficitario porque realmente no cuenta con otra opción. Un excelente equipo de profesionales veló por la salud de nuestro querido amigo, pero no así los insumos que, en una situación ideal y sin tanta malversación descarada, deberían haber sido provistos por el sistema de salud, en realidad se volvieron una cacería diaria, una carrera por la supervivencia.

Para el Gobierno Nacional no es suficiente el humillar a las familias, haciéndolas esperar en una carpa de lona, sin baños, sin condiciones mínimas de salubridad, sino que suman a esto a agobiante lucha por insumos y por conseguir dinero de manera inmediata, porque de manera literal, la vida de sus seres queridos depende de eso.

Rifas, polladas, hamburgueseadas, ferias de garage, un sinfín de actividades mueven la creatividad junto con la desesperación de amigos y familiares, donde todo aporte ayuda, pero nunca es suficiente, se te rompe el alma, porque todos estamos librando esta batalla desde distintos frentes y vemos que estamos a días de cumplir un mes desde que el cobarde de Mario Abdo Benítez no se dirige a su pueblo.

Esta gavilla criminal se ha burlado tanto de su gente, la ha hambreado, empobrecido, deshumanizado, que hoy no puede existir un mensaje creíble desde un Gobierno que debe dejar en claro que no hay camas, no hay insumos y mucho menos esperanzas reales de vacunar al número de personas necesarias para retroceder en los datos tremendos de los reportes de cada día. Mientras tanto, van a seguir muriendo miles de compatriotas y no falta poco para que el panorama cambie.

Gracias Roberto por tu amistad y tu alegría. Me emocionó ver cómo lograste juntar a tantas personas que te quieren para acompañarte en esta batalla. Que tengas descanso eterno y brille para vos la luz perpetua.

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