Antes de tomar una decisión muy importante o faltando cinco minutos para rendir un examen esencial para tu carrera, podés sentir cómo te gana cierto pánico e incertidumbre por lo que puede o no pasar.
A este tipo de sensación se la conoce como ansiedad y si no es trabajada debidamente, tiende a causar un daño inimaginable que va desde lo físico y lo emocional, hasta lo mental.
De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU (NIH), la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de brindar un impulso de energía o ayudar a concentrarse. Sin embargo, para las personas con trastornos de ansiedad, el miedo no es temporal y puede ser abrumador.
Por ello es que la ansiedad no se trata de un estado que pueda ser minimizado dentro del desarrollo de una persona, pues al dejar pasar tantas situaciones que provocan mucho nerviosismo por el nivel de incertidumbre, un miedo irracional se puede apoderar de la mente de una persona.
NIVELES DE ANSIEDAD
“Cuando se tratan de tensiones de la vida diaria, la ansiedad puede considerarse positiva, pero también existe una que es disfuncional o desadaptativa, la cual se manifiesta de manera persistente, generalizada y desproporcionada”, expresó Cecilia Bavera, licenciada en Psicología Clínica.
La psicóloga determinó que este tipo de ansiedad suele provocar un malestar significativo en las personas que la sienten, afectándola en su desenvolvimiento y rendimiento óptimo en varias áreas de la vida.
Según, Bavera, estas personas se caracterizan por tener preocupaciones excesivas, llegando a producir un sentimiento de mayor carga emocional, como si fuera que su cabeza “no para”, lo cual va produciendo un desgaste importante y gran desmotivación.
“Las actividades laborales se ven afectadas, así como también la relación con uno mismo y con la pareja; incluso en la propia salud se pueden sentir estragos, pues muchas de las afecciones físicas son acrecentadas por causa de la ansiedad y el estrés”, advirtió la licenciada.
Otras consecuencias observadas están relacionadas con un mayor hermetismo a la hora de conocer gente nueva, tirar de la cutícula o comerse las uñas al momento de ansiedad y una falta total de desafíos para realizar nuevas actividades o emprendimientos.
LUCHA CONTRA LA ANSIEDAD
“La forma de hacerle frente a la ansiedad, primeramente, es siendo conscientes de la existencia de algo que afecta a uno mismo, no ignorándolo y pretender continuar, ya que eso solo empeora la situación”, destacó Bavera.
Acerca de tema, la psicóloga también agregó la importancia de no ignorar los pensamientos, ni las manifestaciones físicas provocadas por la ansiedad porque esto puede generar fuertes dolores de cabeza, insomnio, hasta llegar al desarrollo de un trastorno físico o mental más complejo.
“Confrontar los pensamientos también puede ayudar mucho, recordando que no siempre somos lo que pensamos sobre nosotros mismos, pues a veces la ansiedad también puede terminar en mucha negatividad acerca de lo que somos, lastimándonos de gran manera”, estableció Bavera.
Las técnicas de relajación muscular y de respiración son otra recomendación de la licenciada, pero aconsejando la visita a un profesional de la salud mental si el malestar persiste, pese a todo.
“La ansiedad es un tema del que cada día se habla más pero aun así no lo suficiente como para poder prevenir los trastornos relacionados a ella; a veces la falta de conocimiento termina por reforzar la ansiedad que siente”, concluyó la especialista.
Por ello, aunque en un principio parezca algo insignificante, la ansiedad puede ir mucho más allá, jugando con tu estabilidad física y mental si no la tratás a tiempo y con la importancia que requiere.
