domingo, diciembre 28

COVID: Depresión y Ansiedad

La COVID (Corona Virus Disease), Enfermedad del Coronavirus, fue uno de los problemas sanitarios que existió no solo en Paraguay sino en todo el mundo con  704.753.890 casos registrados, 7.010.681 de muertes y 675.619.811 recuperados. Algunos efectos a corto plazo, pueden ser síntomas leves como fiebre, tos y fatiga, o síntomas más graves como dificultad para respirar y neumonía a largo plazo. En Francia los “estados de ansiedad” no han aumentado de forma sostenible tras la pandemia de Covid-19.

A diferencia de las depresiones. Según una encuesta de Salud Pública Francesa, la crisis sanitaria no ha tenido ningún impacto a largo plazo en estas patologías, que se han mantenido estables en la población. La Agencia Francesa de Salud Pública en un estudio publicado el martes 22 de julio. «A diferencia de los episodios depresivos, cuya prevalencia aumentó significativamente entre 2017 y 2021 (…).La frecuencia de los estados de ansiedad se ha mantenido estable».

Efectos graves

La ansiedad es una emoción caracterizada por sentimientos de miedo, temor, inquietud o aprehensión, a menudo relacionados con situaciones estresantes o peligros potenciales y la depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas. Con la exagerada o excesiva cantidad de noticias en relación a este virus, cómo debíamos cuidarnos y los estudios y herramientas que se hacían al respecto el ser humano somatizaba todo esto con facilidad y lo volvíamos dilemas propios terminando por dañar nuestro estado mental y las tareas o responsabilidades que debíamos cumplir.

Se considera que la pandemia de COVID-19, que en 2020 impuso restricciones sanitarias sin precedentes, con confinamientos estrictos en muchos países, agravó muchos trastornos de salud mental. La salud mental puede agravarse por varios factores cómo;

Factores biológicos

  • Genética y antecedentes familiares: Tener parientes consanguíneos con problemas de salud mental puede aumentar el riesgo, aunque no garantiza su desarrollo.

  • Química cerebral: Desequilibrios en los neurotransmisores (sustancias químicas del cerebro que regulan el estado de ánimo y el comportamiento) pueden contribuir a trastornos como la depresión o la ansiedad.

  • Condiciones médicas y lesiones: Enfermedades crónicas (como diabetes, enfermedades cardíacas, cáncer), lesiones cerebrales traumáticas o condiciones neurológicas pueden impactar negativamente la salud mental.

  • Exposición prenatal: La exposición a toxinas, alcohol o drogas durante el embarazo puede afectar el desarrollo cerebral del feto y aumentar el riesgo de problemas de salud mental.

  • Nutrición y sueño: Una dieta deficiente y la falta crónica de sueño pueden influir en el bienestar mental.

Factores psicológicos

  • Estrés crónico: El estrés severo o prolongado, ya sea por problemas financieros, laborales, de relaciones o de otro tipo, puede agravar o desencadenar problemas de salud mental.

  • Experiencias traumáticas: Haber vivido o presenciado eventos traumáticos (abuso, violencia, accidentes, desastres naturales) puede tener un impacto duradero en la salud mental, llevando a condiciones como el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

  • Patrones de pensamiento negativos: Creencias disfuncionales, baja autoestima, sentimientos de inutilidad o desesperanza pueden empeorar la salud mental.

  • Adicciones: El abuso de alcohol y drogas puede desencadenar o empeorar los síntomas de muchos trastornos mentales, y a menudo coexiste con ellos.

GOLPES A TODO NIVEL

Factores sociales y ambientales

  • Aislamiento social y soledad: La falta de conexiones sociales y apoyo puede contribuir a la depresión y la ansiedad. Los seres humanos son seres sociales, y la interacción es fundamental para el bienestar.

  • Problemas socioeconómicos: La pobreza, la inseguridad laboral, la falta de vivienda, la deuda y la dificultad para acceder a recursos básicos (alimentos nutritivos, atención médica) son importantes determinantes sociales de la salud mental.

  • Relaciones disfuncionales: Conflictos familiares, relaciones abusivas o falta de apoyo en las relaciones personales pueden ser muy perjudiciales.

  • Discriminación y estigma: Experimentar discriminación por motivos de identidad (raza, género, orientación sexual, etc.) o el estigma asociado a las enfermedades mentales puede afectar gravemente la salud mental.

  • Eventos vitales importantes: Cambios significativos en la vida, como la pérdida de un ser querido, el divorcio, la jubilación o la pérdida de un empleo, pueden generar estrés y afectar la salud mental.

  • Factores laborales: Altas demandas laborales, inseguridad en el empleo, acoso en el trabajo o falta de control sobre las decisiones laborales pueden llevar al agotamiento y problemas de salud mental.

  • Impacto de la tecnología y redes sociales: El uso excesivo de redes sociales, la comparación constante con otros, el ciberacoso y el «miedo a perderse algo» (FOMO) se han relacionado con peores resultados en salud mental, especialmente en jóvenes.

  • Conflictos y crisis globales: Eventos violentos, conflictos armados, desastres naturales y crisis sanitarias (como pandemias) pueden tener un impacto masivo y generalizado en la salud mental de las poblaciones.

Todos esto nos demuestra el alto impacto del covid a nivel global y sanitario pero no vemos acciones concretas para enfrentarlo con exito en la misma proporción.