Hugo González Chirico, presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa Cootrapar Ltda, hizo un llamado a la comunidad artística del Paraguay a ponerse de pie y ser las voces de los que hoy no son escuchados. Explicó que están siendo víctimas de actos terroristas, cuando ellos solo quieren hacer el bien a la sociedad.
“Tenemos una responsabilidad con el medio ambiente, la cultura y con todo lo que hace a la convivencia ciudadana. Hemos estado sufriendo atentados, el último fue el 26 de marzo y recientemente, sin orden judicial, entraron a atacar la la sede de la Cooperativa, vía resolución del Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop) que se ha convertido en nuestro verdugo a favor de los que lavan dinero”, señaló.
Agregó que el hecho se dio por “orden y rabia” del diputado Bachi Nuñez, pues según dicen, él y otros están involucrados en el vaciamiento de la Siderurgia Acepar S.A., que la Cooperativa denuncia hace más de 10 años. Ahora deciden rematar “por capricho” la propiedad que guarda un patrimonio de US$ 20 millones.
Mencionó que los asaltos que se están dando son orquestados por dos señores feudales del Bajo Chaco: Basilio Núñez y Enrique Mineur, maquillados bajo la forma de una expropiación.
En el seno de la Cooperativa se encuentra una importante obra de la figura cumbre de las Artes Plásticas del Paraguay, el arquitecto Carlos Colombino, quien abocado a la causa de los obreros sindicalizados de Acepar, aceptó en el año 2008 el encargo de crear un mural a ser utilizado en el acceso de uno de los salones.
La obra tiene unas dimensiones de 9 x 1.2 metros y sigue en el mismo lugar donde el arquitecto la inauguró. Con todos los asaltos que está sufriendo la propiedad corre el riesgo de ser dañada.
“Más allá de que la producción de la obra fue presupuestada y la Cooperativa pagó el precio solicitado, quedaba claro que se trataba más que nada de un gesto de adhesión del gran artista hoy extinto. Colombino hizo el mural apelando al mismo lenguaje pictórico que caracteriza y consagra a su mejor época creativa, la xilopintura, entendida ella como el medio de expresión de piezas con un franco sentido de contestación social y de resistencia cultural a la brutalidad de la dictadura y la de sus sucesores, que no le van en zaga en inhumanidad, codicia y excesos de todo tipo”, dijo.
Continuó diciendo que los obreros de Acepar, despojados de todo, hacen un llamado urgente a proteger el legado de este artista tan importante para el país, buscando así que la comunidad, y en particular Osvaldo Salerno, Ticio Escobar y el ministro de Cultura, Rubén Capdevila, hablen por ellos.
Aseguró que han sufrido sucesivos golpes de mafiosos de todos los colores que les han dejado, como las agónicas figuras de los xilograbados de Colombino, encajonados y sin voz. “Colombino mostraba formas humanas embutidas, encajonadas, graficando la asfixia y la opresión al ser humano en tiempos dictatoriales. Esas cabezas casi nunca tenían bocas, porque la palabra y la libertad de expresión fueron las primeras víctimas fatales de la dictadura”.
El presidente mencionó al Artículo 138 de la Constitución, de la validez del orden jurídico, que autoriza a los ciudadanos a resistir a dichos usurpadores, por todos los medios a su alcance.
En la hipótesis de que esa persona o grupo de personas, invocando cualquier principio o representación contraria a esta constitución, detenten el poder público, sus actos se declaren nulos y sin ningún valor, no vinculantes y, por lo mismo, el pueblo en ejercicio de su derecho de resistencia a la opresión, queda dispensado de su cumplimiento.
“La Cooperativa está indefensa y pedimos auxilio, señores vengan a proteger el patrimonio, nos quieren robar a nosotros, quienes no aceptan el terrorismo son rehenes de sus caprichos. Cuando sale un grupo de quijotes a enfrentarles nos atropellan”, concluyó.