Antonio Fretes, presidente con permiso de la Corte Suprema de Justicia, sigue sin dar señales de renuncia, a pesar de los pedidos de sus colegas. Esto, tras la investigación periodística que reveló que su hijo Amílcar Fretes, recibió el pago de US$ 368 mil para prestar servicios legales a Kassen Mohamad Hijazi, un ciudadano brasileño de origen libanés quien tenía sobre sí un pedido de extradición de los Estados Unidos. A pesar del hecho, el alto magistrado no se inhibió de participar en el caso.
El comunicador Enrique “Kike” Gamarra, afirmó que posee sentimientos encontrados sobre la situación de Fretes entre la ilusión y la decepción. Lamentó que en primera instancia, la Corte haya reaccionado con tanta tibieza, con una prolijidad casi temerosa en la concepción de ese pedido de permiso ambiguo que planteó Antonio Frentes.
«¿Cómo es posible que pretexte problemas impostergables de salud para ausentarse de sus responsabilidades administrativas inherentes de su condición de presidente de la Corte, pero siga manteniendo sus facultades jurisdiccionales sobre la sala constitucional. Si estás enfermo, estás del todo enfermo, no estás parcialmente enfermo. Es una cuestión que dejaron pasar no se porque”, señaló.
El pasado martes, el pleno de ministros de la Corte emitieron un comunicado donde instan al presidente con permiso que renuncie, debido a los hechos ya citados.
Sobre esto Gamarra, refirió que si estos magistrados han llegado colegiadamente pedir a Fretes que renuncie, si mañana hay que sesionar en la Sala Constitucional, como sería ese trámite.
«¿Quién se sentaría a discutir un tema con un ministro sospechado de tener una conducta tan lesiva al propio sentido de Justicia y a la ley en sí misma. Si Antonio Fretes es el preopinante, ¿quién adhieriría a la posición de Fretes de allí en adelante, dando esa barrera? ¿cómo se hará esa disquisición entre la opinión legal de Fretes y el temor que se tiene de que es una persona monetiza y mercantiliza su opinión jurídica?», expresó.
Sostuvo que en el caso de que Fretes siga sin renunciar, será porque sus propiciadores, por sobre todo de raíz política, le garantizan que podrá quedarse en el cargo hasta el día que decida irse o deba irse el 9 de marzo próximo cuando cumpla los 75 años, edad máxima para poder ejercer el cargo de ministro de la Corte.
“Si por el contrario, decide atender al pedido de sus pares, se abre un periodo bastante interesante de reacomodo político en base a los intereses creados y los mecanismos de relevo. No se podrá sustituir al ministro Fretes a corto plazo», comentó.
CONTAGIO
Sostuvo que la no renuncia de Fretes generará un contagio en los demás integrantes de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Recordó otros hechos similares como lo sucedido con Dany Durand, quien fue ministro de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), entre agosto del 2018 a octubre del 2020. El mismo renunció al cargo, tras varias denuncias de personas estafadas por su antigua empresa Mocipar.
«Creo que la audiencia va a recordar lo que terminó pasando con Durand. Al principio el problema Mocipar era solo de él, pero en la medida que no se resolvía, empezó a convertirse en un problema del presidente de la República. Era un efecto contagio, que afectó al Gobierno y finalmente Durand tuvo que dejar el cargo. Algo similar sucederá con Fretes», explicó.
CONTAMINACIÓN
Dijo finalmente que si permanece en el cargo, se va a producir un laberinto jurídico interminable y contaminará a los demás integrantes de la Corte Suprema de Justicia.
«Su salida no solo depende de Antonio Fretes para que se produzca su renuncia al cargo, sino también de otros factores como el crimen organizado, grupos empresariales y políticos poderosos. Antonio Fretes es un garante de impunidad y ejecutor de grandes intereses», manifestó.
Justamente al mediodía del miércoles, diputados aprobaron un proyecto de declaración que no solo pide la renuncia de Fretes, sino también, la de Carolina Llanes, también ministra de la Corte.
RUIZ DÍAZ
La comunicadora Estela Ruiz Díaz, señaló que se produce un daño institucional terrible ya fue el mandato de Fretes estuvo salpicado por hechos de corrupción. Y más aún por su falta de dignidad para dar el paso al costado.
“Se apega al cargo porque creo que ha perdido la capacidad de entender el rol de un alto magistrado. Solo la prepotencia del poder hace perder la noción de la realidad y la dificultad para medir lo bueno de lo malo. Es el corolario de una justicia corrupta. Era un secreto a voces que explotó por un caso que apenas fue la punta del ovillo”, cuestionó.
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