Esta fue una de las principales conclusiones del webinario Velocidad, seguridad y equidad. Implementación de las vacunas COVID-19 en América Latina y el Caribe, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el pasado 12 de enero. En la apertura del seminario web, que contó con la participación de los ministros de salud de Argentina, Bahamas, Chile, El Salvador y Honduras, el presidente del BID, Mauricio Claver-Carone mencionó que el acceso a vacunas seguras y eficaces es uno de los componentes más importantes de la respuesta sanitaria a la COVID-19 y para acelerar la reactivación económica de la región.
Claver-Carone también mencionó que administrar estas dosis se está convirtiendo en un desafío mundial y que los gobiernos de América Latina y el Caribe requieren de una preparación exhaustiva para implementar sus planes nacionales de vacunación.
Los países participantes coincidieron en que, a pesar de los avances conseguidos en los últimos meses, todavía existen importantes desafíos. En Argentina, por ejemplo, el ministro de Salud Ginés González García habló del trabajo de planificación ya realizado: se identificaron la población objetivo, los centros de vacunación y los insumos necesarios, y se fortalecieron la cadena de frío y el sistema informático de reporte en tiempo real. Las metas son ganar cantidad de dosis y mejorar la capacidad de vacunación a un mayor número de personas en forma simultánea.
La situación en Paraguay
Paraguay viene trabajando en las mismas líneas de acción planteadas en la región, que están definidas en el Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19. Los criterios de priorización ya fueron fijados y ahora la tarea se concentra en mejorar la cadena de frío y la logística en general. Para ello, se inició la compra de 250 refrigeradores especiales y 1450 monitores de temperatura, y se están optimizando los sistemas de información para contar con módulos de reporte de coberturas y producción de vacunación.
El BID anunció recientemente que movilizará hasta USD 1000 millones para apoyar a los países en tres áreas principales: la compra de dosis de vacunas a través de los mecanismos multilaterales como COVAX, o en opciones de compras individuales; el fortalecimiento institucional en áreas como la revisión de políticas y marcos normativos, políticas de priorización para la asignación de vacunas, planes operativos y de adquisiciones, y sistemas de información; y el financiamiento en la mejora de la capacidad de inmunización, como cadena de frío, logística, costos operativos, entre otros.
Por su parte, el ministro de Salud de Chile, Enrique Paris, coincidió en destacar el esfuerzo de preparación que se viene realizando de manera interinstitucional y que ha permitido iniciar la campaña de vacunación en varios países. Avanzar hacia una estrategia global y homogénea, basada en el equilibrio entre países de mayores y menores ingresos, es, a su criterio, una oportunidad importante para la región. Mencionó que Chile ha adquirido vacunas para el 129% de su población, y que, siguiendo esa estrategia, podría colaborar con otros países que necesiten dosis en algún momento.
La ministra de Salud de Honduras, Alba Consuelo Flores, explicó que su país inició la planificación a mediados del 2020. Honduras cuenta hoy con un plan de vacunación con 14 variables monitoreadas. Sin embargo, le quedan varios puntos que mejorar o resolver, como la cadena de frío, la comunicación con la población y el financiamiento de las vacunas.
Líneas de acción
Los países de América Latina y el Caribe establecieron las siguientes líneas de acción para aplicar las vacunas:
– Coordinación: es fundamental la articulación interinstitucional con todos los sectores clave para garantizar un despliegue efectivo de las vacunas.
– Cadena logística: incluye ampliar las capacidades de almacenamiento, transporte, sistemas de monitoreo y preparación del personal.
– Priorización: la mayoría de los países ya cuentan con criterios para seleccionar a la población que recibirá las vacunas de manera prioritaria. En general, se incluye al personal sanitario, adultos mayores de 60 años, personas con alguna comorbilidad y trabajadores de servicios esenciales.
– Pruebas piloto: los países vienen testeando de manera experimental su capacidad de implementación de la campaña de vacunación, de manera de identificar fragilidades y áreas de mejora.
– Comunicación: se están ajustando y mejorando los planes de sensibilización para que la población se adhiera a las orientaciones sanitarias y mantenga las medidas de prevención una vez reciba la vacuna.