El bienestar emocional durante la infancia y adolescencia para el desarrollo posterior de la persona. Muchos estudios hablan de que casi el 50% de los problemas de salud mental en adultos comienza a los 14 años, y el 75% a mediados de los 20 años.
Estar mentalmente sanos durante la infancia significa alcanzar los indicadores del desarrollo y emocionales, aprender destrezas sociales saludables y cómo enfrentar los problemas que puedan presentarse.
La psicóloga infantil Amalia Guerrero señaló que trabajar la salud mental con los chicos parte del entorno familiar, ya que muchas veces los papás llevan los problemas a la casa, se descargan con sus hijos y se olvidan que ellos absorben todo lo que pasa a su alrededor.
“De repente ponemos el noticiero a la hora de comer donde hay noticias negativas o contamos los problemas del trabajo en la mesa, y los pequeños van absorbiendo, por eso, una manera de cuidar su salud mental es cuidar este tipo de cosas, utilizar el horario de la comida para compartir y hablar de cosas positivas”, resaltó la especialista.
También con el juego los chicos aprenden a identificar emociones, a desarrollar el lenguaje, y es la principal herramienta para aprender, por lo que ayudará a tener una buena salud mental.
“Hay cosas que son normales en los chicos según la etapa. Primeramente, los padres deben informarse bien, de repente es normal a los 3 o 4 años tener pesadillas, mojar la cama, tener un amigo imaginario, etc, pero cuando persiste y empieza a ser muy permanente, le debe llamar la atención a los padres”, mencionó.
La especialista recomendó siempre un lenguaje en positivo a los chicos, destacar las conductas que hacen bien y no solo hacer énfasis en las cosas negativas y utilizar términos peyorativos para caracterizarlos porque va a influir, crece con eso, dura en la adolescencia y adultez, y se genera baja autoestima o ansiedad.
“El lenguaje debe ser menos agresivo hacia ellos. Todas las etiquetas que los padres ponen inconscientemente va a influenciarlos. Hay que educar más a los padres en ese sentido y explicarle la importancia que tienen las cosas que le decimos a los chicos”, destacó la psicóloga infantil.
Cabe resaltar que los síntomas de los trastornos mentales cambian con el tiempo a medida que el niño crece, y pueden incluir dificultades en la manera en que juega, aprende, habla y actúa, o en cómo maneja sus emociones. El diagnóstico temprano y los servicios adecuados para los niños y sus familias pueden lograr un cambio en la vida de los menores con trastornos mentales.
Lo que usted puede hacer:
Padres: Ustedes conocen a su hijo mejor que nadie. Hablen con el profesional de la salud que atiende al niño si tienen inquietudes acerca de la forma en que su hijo se comporta en la casa, en la escuela o con sus amigos.
Jóvenes: Cuidar de la salud mental es tan importante como cuidar de la salud física. Si están enojados, preocupados o tristes, no teman hablar acerca de sus sentimientos y acudan a un amigo o adulto de confianza.
Profesionales de la salud: Es muy importante tener un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado que se base en directrices actualizadas. Hay recursos disponibles para ayudar a diagnosticar y tratar los trastornos mentales de los niños.
Maestros o personal administrativo de la escuela: La identificación temprana del problema es importante para que los niños puedan recibir la ayuda que necesiten. Trabajen con las familias y los profesionales de la salud si tienen alguna preocupación sobre la salud mental de un niño en su escuela.
(Tomado de la web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos)
