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Ciudades enchastradas

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Los candidatos deben pagar caro el daño causado con su propaganda

¿El Estado le paga un salario a los funcionarios de la justicia electoral para que limpien las paredes de propaganda electoral?

Rotundamente, no. Lo que están haciendo es dilapidar tiempo de servicio en una tarea para la cual no han sido nombrados o contratados. Los responsables jerárquicos de dichos empleados públicos debieran recibir algún tipo de amonestación o la observación que correspondiere dentro del estatuto del funcionario al servicio del Estado.

Existe un perverso “dejar hacer” en este tema de la propaganda electoral que ensucia a destiempo paredes, edificios públicos y otros sitios de los cuales se apropian las hordas de pintores que cada candidato suelta a la calle en tiempo de elecciones. Y como se ve, con demasiado apuro.

El Código Electoral fija una especie de suave acapeté para los infractores. En su artículo 295 establece que la propaganda callejera a través de murales, afiches o similares se realizará en las áreas determinadas por las respectivas municipalidades y mediando la autorización de los propietarios de los inmuebles afectados. Si esa norma fuera violada, los afectados tendrán que litigar en el fuero civil y la condena consistirá en el pago de los gastos realizados para la restitución de las cosas a su estado anterior. Es decir, queda a cargo del magistrado justipreciar el trabajo de limpieza y restauración. Para cuando la sentencia se cumpla, el perjudicado se habrá aburrido de vivir en una casa desfigurada con pinturas y afiches.

Esto debe cambiar. Con cada elección, la ciudad se convierte en un cambalache tercermundista, llena de trapos pintarrajeados colgando por todas partes y muros llenos de lemas ridículos, con nombres y apellidos que merecerían encabezar una carátula judicial y no una lista de candidatos. Además de sinvergüenzas, muchos de ellos son incapaces de asumir su responsabilidad cuando se les acusa de violar el código y de enmugrecer las ciudades con su griterío electoralista. Generalmente se lavan las manos achacando tal violación al “entusiasmo” de los muchachos. Cobardes hasta el fin.

El Código Electoral debe ser reformado estableciendo penalidades más severas para quienes violan las normas con propaganda fuera de tiempo y de forma. La ciudadanía no tiene porqué soportar la mala crianza y la ausencia de civismo de políticos trogloditas.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.
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