martes, septiembre 30

“Checos, pero no semitas”

A 83 años de un decreto sobre inmigrantes que sintonizaba la “onda nazi”

Transcurría 1939. El 1 de setiembre de ese año, tropas alemanas invadían Polonia y Adolf Hitler desataba la II Guerra Mundial con su cortejo de invasiones, muertes, desplazamientos masivos de comunidades enteras de países invadidos así como la internación de “indeseables” en los campos de concentración que motejarían todo el mapa europeo. 

Ese año, el Gobierno de Felix Paiva, abogado, periodista y político liberal abría las puertas a la inmigración de origen centroeuropeo. El decreto 12.277, promulgado el 6 de marzo de 1939 establecía las condiciones bajo las cuales se radicarían ciudadanos de origen checo con el fin de dedicarse a labores agrícolas, tal como lo hacían las comunidades rusa, ucraniana,bieolrrusa y polaca.

Aparte de las concesiones y facilidades para instalarse en el país, el Gobierno puso en su decreto la siguiente cláusula: “Serán admitidos ciudadanos checo-eslovacos de raza no semita con pasaporte checo-eslovaco, en el que se indicará la profesión fundada en certificados, títulos o diplomas expedidos por las autoridades oficiales checo-eslovacas, atendiéndose que no serán de raza semita». 

Leyendo este decreto se podría afirmar fácilmente que el Paraguay se había plegado al antisemitismo imperante que recorría el mundo esos días. Sin embargo, Alfredo Seiferheld en su obra “Nazismo y fascismo en el Paraguay. Los años de la guerra 1939-1945” nos comparte una visión más amplia de esa época. “El nazismo introdujo aquí, entre otros elementos, el maniqueísmo y el odio al adversario político, los que todavía subsisten en la vida cívica paraguaya. También en el Paraguay el totalitarismo dejo secuelas en su legislación y en la actitud política de sus hombres. La tesis de la superioridad étnica no triunfó, pero prevaleció la concepción de una sociedad para superiores e inferiores, para buenos y malos, para patriotas y antipatriotas, conforme la supremacía de una u otra ideología. Ha sido ésta la gran herida que dejaron al mundo aquellos convulsionados años”.

La ironía sangrienta es que, escapando de la ocupación nazi que se apoderó de los sudetes checos, los inmigrantes llegaron al Paraguay bajo el amparo de un decreto de tono claramente fascista. Pero eso es historia. Hoy, los colonos de aquella primera ola de inmigrantes viven en Sudetia, colonia ubicada en el distrito de Paso Yobai, Guairá. Aunque el Gobierno de Paiva los había predestinado a la agricultura, ellos prefirieron volcarse a la artesanía, el comercio y, como ahora, a la elaboración de yerba mate. Como buenos inmigrantes, cultivan además su idioma y sus tradiciones en bailes y vestimentas típicas de los sudetes de los que provienen sus ancestros. 

RESUMEN

Escapando del regimen nazi, colonos de origen checo llegaron al Paraguay a fines de la década de los años ’30. En 1939, un 6 de marzo como hoy, el Gobierno de Felix Paiva emitió un decreto admitiendo inmigrantes checos siempre que fueran “de raza no semita”. Una ironía sangrienta: huyendo de la invasión nazi, los checos llegaron a un país que los recibía en medio de una onda antisemita obviamente pronazi.