El ministro debe morir más rico de buena fama y de benevolencia que de bienes. (Niccolo Maquiavelo). Esta semana seremos testigos del “humo blanco”, para ejemplificar, en estos días que tenemos cardenal con documento paraguayo, la designación del nuevo Jefe de Gabinete de MAB. Se fue el primero de este quinquenio dando un portazo y el que vendrá tendrá la difícil tarea de dar un carisma al actual gobierno. Entendiendo por “carisma”, cualidad o don natural que tiene una persona para atraer a los demás por su presencia, su palabra o su personalidad para reanimar al país en terapia económica y por ende social. Hace más de un año me encomendaron hacer un análisis del gabinete que se estaba preparando. Es interesante ver en el tiempo como algunos nombres ya no están y otros a duras penas se resisten a dejar el cargo y dejar libre la posibilidad al presidente, que le cuesta mucho hacer los cambios, dar el paso al costado para mejorar el desempeño de este equipo ejecutivo.
En aquella oportunidad reflexionamos sobre las aptitudes y capacidades del futuro gabinete con el Prof. Camilo Filartiga, Director del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica e investigador del Conacyt, y el mismo refirió que la importancia del análisis exhaustivo para la designación de una persona a ser ministro debe darse sobre de las capacidades individuales y experiencia de vida que tengan cada candidato en torno a las particularidades de las distintas carteras de estado. No obstante, amén de las características individuales están las genéricas que son el patriotismo, compromiso con el país y dedicación plena al ejercicio de sus funciones.
Haciendo una comparación de gabinetes, en la de Horacio Cartes, se instaló el discurso de la “Tecnocracia” donde su gabinete altamente técnico venía a reemplazar todos los males y la ineficiencia de gestiones anteriores gobiernos por ser estos de carácter político. También no fue un modelo que dio sus mejores resultados y como ejemplo basta y sobra el fraude del MetroBus. Los candidatos que están pre-calentando, deben de tener la capacidad tanto técnica como política, pero por sobre todo trayectoria publica reconocida y de servicio al país a través de una ética pública y valores que ha aplicado tanto en su vida privada como pública siendo la señal de legitimidad no solamente con sus funcionarios sino con toda la ciudadanía. Urge poner a los mejores y sacar a los incompetentes que ya muchos daños han hecho en este primer año.