Alrededor del 80% de los crímenes y delitos que se cometen regular y diariamente en Asunción y alrededores son perpetrados por jóvenes adictos a algún tipo de estupefaciente. Mientras el crack va ganando terreno en las zonas más vulnerables de la capital y sus adyacencias, más del 80% de los integrantes de la franja de la juventud reinciden a la hora de cometer hechos delictivos y cuentan con cinco o más causas penales, con algún periodo de estadía en las penitenciarías, reveló el Ministro del Interior, Federico González, en una entrevista a radio Cáritas.
Las cifras despiertan serias preocupaciones respecto al futuro de la juventud paraguaya, expresó González. Esto considerando que 1 de cada 5 integrantes de este grupo etario no estudia ni trabaja; en medio de la escalada de la violencia, el alto índice de criminalidad
y las carencias sociales.
CRIMINALIDAD
REFLEJO DE
CARENCIAS SOCIALES
En relación a los altos índices de criminalidad, el sociólogo Carlos Peris analizó que si bien en Paraguay no existe una política real contra el consumo de las drogas y estas sustancias pueden desencadenar comportamientos violentos, el problema “de fondo” es un estado ausente, “que de forma directa o no crea exclusión, marginación y vulnerabilidad”.
“En Paraguay existen centros de desintoxicación en donde se trabaja para dejar de consumir una droga determinada, pero no existen centros de rehabilitación. Un centro de rehabilitación no es solamente desintoxicar a la persona, sino es un tratamiento posterior para evitar una reincidencia. No hay una política de salud real contra el consumo de las drogas”, aseguró.
Así, Peris señaló que “la cuestión central” de esta problemática se origina en el contexto de marginación, pocas oportunidades, un estado ausente y la ausencia de políticas públicas para todos los estamentos sociales.
“No se está viendo el problema de fondo. No se puede culpar al que consume, sino pensar en las políticas públicas que se están llevando. En el Estado paraguayo se crean de forma directa o indirecta condiciones de exclusión y de vulnerabilidad”, refirió.
En esta misma línea, el sociólogo recalcó que “si bien las estadísticas señalan que los crímenes se relacionan con la adicción a sustancias, la cuestión de fondo es un estado ausente que directa o indirectamente crea exclusión, marginación y vulnerabilidad”.
CÓMO ENCARAR LA
PROBLEMÁTICA
El sociólogo detalló que la problemática de los altos índices de criminalidad se debe abordar desde tres aspectos: la opinión pública, las organizaciones civiles y, por sobre todo, la implementación de políticas públicas.
“En el ámbito de la opinión pública, el desafío que tienen los medios de comunicación es ‘problematizar’ la realidad en su contexto. Por parte, las organizaciones civiles deben crear espacios que puedan ayudar a favorecer a los ciudadanos que se encuentran en condiciones de vulneración, marginación y estigmatización, cuando el estado está ausente. Finalmente, aunque parezca utópico, la implementación de políticas públicas para todos los estratos sociales es fundamental”, concluyó.