Hemos llegado a los 365 días del año 2020 y nos ha enseñado, mostrado y desafiado un nuevo reto llamado Covid 19 y como combatirlo con mayor efectividad. Algo que no esperábamos. Una enfermedad que empezó a 17.837 km de distancia de Paraguay en Wuhan (China) y que desafortunadamente costó la vida hasta ahora de casi dos millones de personas en el mundo con otra gran cantidad enorme de infectados o contaminados.
Nunca imaginamos que este problema se iniciaría en la remota y comercial China y terminaría con tantas vidas. Solo tenemos a la gripe española de 1918 que costó la vida de entre 50 a 100 millones de personas como referencia lejana, la actual está por debajo es de casi dos millones de personas y eso implica tomarlo con seriedad evitando la aglomeración de personas en espacios cerrados o abiertos sin manos limpias o tapabocas por donde sale o entra el maldito virus. San Bernardino y las aglomeraciones son un ejemplo de los peligros del verano para un sistema de salud endeble y frágil.
Hay que cambiar los procedimientos sociales y mantener en vigencia algunos valores importantes como que somos la subregión del mundo que más veces se baña diariamente y con eso evita una serie de enfermedades.
Implica además si hay planes de exposición tomar las medidas de cuidado siempre, para evitar contagio y sumar la cantidad de gente que saturan los hospitales públicos y privados del Paraguay que no previó los problemas que vivimos con los centros de atención médica o equipos que aunque hayan sido adquiridos se descubrieron anomalías en su gestión dejando mal parado al gobierno de Abdo Benítez que sigue mostrando carencias de gestión notables.
El verano nos golpea y el hartazgo igual pero debemos seguir cuidándonos aunque nos queme la corrupción y la impunidad y no hay bronceador contra ellos… hasta ahora.
