No se trata de sudaméricano sino uno que vive y trabaja en el norte del continente, que durante su mandato y gobierno ha anunciado su deseo de volver a candidatarse a sus presidenciales el año que viene. Se trata de Joe Biden, actual presidente estadounidense democratico que entra en campaña a los 80 años para un segundo mandato presidencial, a pesar de las dudas sobre su edad. Algunos dicen que solo él podría parar a Trump si este fuera el candidato republicano.
Para algunos la edad es solo una cifra que no debe producir preocupación o dar mucha importancia, más el presidir una nación y una cómo los EE.UU requiere no solo un buen estado de salud, experiencia, conocimiento sino una persona que esté en buenas condiciones físicas y mentales para gobernar desde la Casa Blanca. Trabajar por el ciudadano requiere aptitudes físicas y mentales a toda prueba y Biden lo sabe.
Elecciones en el 2024 demandan a los EEUU candidatos que aseguren desde todos los ángulos; experiencia, salud, edad, formación y seria voluntad de trabajar para servir bien, un futuro con certezas y sin riesgos que afecten a programas políticos y sobre todo la salud de quien presida cualquier política pública.
El presidente estadounidense ha anunciado que se presenta a la nominación demócrata para las elecciones de 2024, decidido a librar «la batalla por el alma de Estados Unidos» contra los republicanos. Su intención es continuar el intenso trabajo de la presidencia de un país diverso con fuerte presencia de migrantes que desde hace años ya son parte de la cultura y forma de ser estadounidense, con todo lo que eso implique.
Cómo seres humanos esperemos que de la lista de valores estadounidenses se encuentre la generosidad y empatía para con las personas mayores de edad para hacer llevadera sus vidas en el último tramo.
Biden pretende continuar con su vicepresidente Kamala Harris este segundo mandato. Para las elecciones de 2020, la idea que circulaba por los corrillos era que la de Biden iba a ser una presidencia «de cuidados»: un mandato de transición para curar las llagas del trumpismo y retornar a la normalidad democrática ahora se piensa en consolidar sus logros.
Normalidad que según Joseph fue mutada por el republicanismo en el periodo que tocó gobernar a Donald Trump. Biden restañaría las heridas y luego se retiraría elegantemente a disfrutar de sus nietos en el porche de su casa de Wilmington, Delaware.
Haciendo historia
Biden, originario de Scranton, Pensilvania, fue vicepresidente de Barack Obama de 2009 a 2017. Además, fue senador por Delaware entre 1973 y 2009. Ha ganado una presidencia y va por una segunda convencido de ganar.
Tiempo que no debe ser dejado cómo responsabilidad de personas mayores de edad sino sobre todo el joven debe asumir en todos lados compromisos y responsabilidades políticas, empresariales, familiares o lo que signifique llevar adelante proyectos colectivos. Que no funcionan bien con personas a quienes solo motive intereses particulares o gente que presente características cómo las de Biden.
Entre los problemas de salud del presidente Biden se cita fibrilación auricular, hiperlipidemia, reflujo gastroesofágico, alergias estacionales, artritis espinal y neuropatía periférica sensorial leve en los pies que pueden agravarse o no de acuerdo al apoyo o no de su entorno administrativo y social.
