Mi madre suele decir, “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas en remojo”. Sin duda el mejor refrán que permite ilustrar el momento en el cual Paraguay se encuentra, pues, las actuales circunstancias de la región donde no sólo las calles de Chile arden, sino todo el sistema democrático liberal Latinoamericano está poderosamente amenazado.
La crisis de hoy, se extiende desde Honduras por el reciente caso de narco-política del Presidente Juan Hernández acusado por Fiscales de Nueva York de recibir 1.000.000 de $/US de El Chapo Guzmán, en El Salvador el Presidente Nayib Bukele expulsó a los diplomáticos de Maduro y los izquierdistas del Frente Farabundo Martí se agolpan a las puertas de la Embajada venezolana, en Haití el centro-derechista gobierno de Jovenal Moise enfrenta desde hace semanas masivos disturbios, en Nicaragua vuelven los jóvenes a reclamar democracia ante el sanguinario sandinista de Daniel Ortega y Panamá, surgieron protestas por un proyecto de reforma constitucional aprobado por el Congreso, que incluyó -según los manifestantes- cambios que se traducen en privilegios para la clase política.
Venezuela cuya crisis es más longeva, la próxima semana vencerá el plazo que el Grupo de Lima y la Unión Europea dio al narco-tirano Maduro de resolver el conflicto de manera pacífica. Colombia, no sólo con el resurgimiento de un bastión de las FARC también el Presidente Duque enfrentará un llamado a Paro General, Bolivia tras el fraude de Morales el país está profundamente dividido y con intermitentes brotes violentos y, en Chile el drama continúa hasta que la minoría violenta y delincuencial logre la renuncia del Presidente Piñera.
Finalmente, el eternamente tranquilo Paraguay, no escapa de la amenaza planificada por los cerebros castro-comunistas de La Habana. Líderes campesinos anuncian bloqueos, un Obispo con tinte subversivo declara que “la situación va a explotar” y la prensa local izquierdista sigue inoculando veneno a la ciudadanía haciendo tapas con noticias viejas pero que remueven el sentimiento anti-político. Pregunto ¿qué ha hecho la clase política por contrabalancear el Foro de Sao Paulo y la “brisa bolivariana” en nuestros países? Es tiempo que Paraguay ponga sus barbas en remojo.