Las trasferencias fueron utilizadas para pagar los cargamentos de jugo posiblemente contaminados con productos ilícitos y enviados a una empresa fantasma en Bélgica.
Cristina Kress, gerente de Frutika firmó un contrato para proveer unos 25000 envases de jugos a la empresa Lerum de Noruega, en una primera etapa el envío debía hacerse a la filial de Bélgica, sin embargo los pagos se realizaron desde OpenPort de Panamá y la firma Lerum no existe en el país que figuraba como destino final.
El modus operandi de supuestos criminales para enviar las cargas:
Aparentemente, el grupo que actuó, primero clonó la identidad de una firma de Noruega, solicitó enviar la carga a Bélgica y los pagos lo realizaron desde Panamá, probablemente en complicidad de algún directivo o empleado de Frutika.
El 09 de abril de 2022 el Banco Itaú informó a Cristina Kress del ingresó de USD 93.895 desde Panamá a la cuenta de Frutika y solicitó documentos de respaldo. Esto tiene relevancia ya que Panamá está en la lista gris del GAFI de países que presentan deficiencias en la lucha contra el blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo. Y la trasferencia la realizó OpenPort y no la empresa contratista Lerum As.
Frutika además recibió una trasferencia supuestamente por error del exterior, remitida por Ascencio Ibiltzieta, ciudadano español. Esta trasferencia se devolvió a través de un cheque a Ascencio, quien casualmente estaba en el país, luego se confirmó que el español tenía vínculos con Lerum.
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La recepción de los fondos de Open Port de Panamá que pagó los jugos de la empresa fantasma Lerum y la aparición de la trasferencia del exterior del español Ascencio Ibiltzieta debían haber sido reportados por Cristina Kress a las autoridades, sin embargo, la gerente se mantuvo en silencio y recién en enero de 2022, más de un año y medio año después remitió un escueto informe de denuncia a la fiscalía. Por otro lado, Beate Kress, madre de Cristina y propietaria del 92,2% del Grupo Kress-Frutika solicitó a la SENAD la intervención de sus propias empresas que hoy administra la hija.
Actualmente Beate Kress, propietaria mayoritaria del Grupo Kress- Frutika mantiene un litigio judicial con la hija, Cristina, ya que Beate intentó volver a asumir la dirección de las empresas del grupo, pero la hija lo impidió presentando un amparo.
Es lamentable que una empresa tan importante como Frutika esté vinculada a estos llamativos hechos y que en su momento no hayan informado a las autoridades responsables para identificar a cómplices de supuestos grupos delictivos, ya sean estos los propios directivos, empleados o socios circunstanciales.
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