El 28 de mayo de 1918, se proclamó la primera república parlamentaria democrática en el Oriente Musulmán – la República Democrática de Azerbaiyán. La recién establecida República Democrática de Azerbaiyán hizo todo lo posible para cumplir con honor la histórica misión que asumió. La república logró grandes progresos en la construcción de un Estado independiente y democrático, creando el primer parlamento y gobierno, la estructura estatal y las instituciones gubernamentales, definiendo las fronteras del país, formando las unidades militares de alta capacidad de combate, garantizando la integridad territorial y la seguridad nacional. Fueron adoptados la bandera nacional, el himno y el escudo, la lengua materna fue declarada como idioma estatal, se puso el enfoque en la educación y la cultura y se tomaron otras medidas determinadas para asegurar el desarrollo integral de la nación y del estado nacional durante los años próximos. Guiada por los principios del poder popular y la igualdad, desde los primeros días de su existencia, la República Democrática de Azerbaiyán eliminó las desigualdades raciales, étnicas, religiosas y de clase al otorgar a todos los ciudadanos del país igualdad de derechos. Por primera vez en el Oriente y mucho tiempo antes que en algunos países europeos, se les concedió el derecho a votar a las mujeres en Azerbaiyán.
El 7 de diciembre de 1918, se llevó a cabo una ceremonia solemne de inauguración del parlamento de Azerbaiyán. Este fue el primer órgano legislativo formado sobre la base de los principios más progresistas y democráticos de aquella época en todo el Oriente Musulmán. Las leyes aprobadas durante un año y medio de actividad del parlamento aportaron al fortalecimiento de la independencia nacional y al desarrollo político, económico, cultural y educativo. La República Democrática de Azerbaiyán siguió una política pacífica tratando de establecer una cooperación mutuamente beneficiosa con todos los Estados y establecer relaciones basadas en los principios de respeto de los derechos de los demás. Es gracias a las actividades de la República Democrática de Azerbaiyán, que Azerbaiyán se convirtió en un sujeto de derecho internacional, impidiendo su desaparición del mapa político del mundo como un Estado, después de la ocupación bolchevique el 28 de abril de 1920.
Pese a todas las restricciones, el enorme potencial adquirido durante el período soviético fue crucial para Azerbaiyán, que recuperó su independencia a finales del siglo XX. El 18 de octubre de 1991, cuando Azerbaiyán logró su independencia, se declaró sucesor político y legal de la República Democrática de Azerbaiyán y demostró su compromiso con sus antiguas tradiciones de condición de Estado. Pronto recuperó los símbolos patrios de la República Democrática de Azerbaiyán. Los primeros años de la independencia fueron sumamente difíciles para la República de Azerbaiyán. Sin embargo, el regreso al poder del líder nacional Heydar Aliyev, en 1993, marcó un punto de inflexión en la situación. La construcción de un estado independiente, garantizando la seguridad y la integridad territorial, la restauración de la economía, el progreso democrático, el establecimiento de las relaciones internacionales de Azerbaiyán y su integración a la comunidad mundial fueron las prioridades fundamentales de la estrategia de desarrollo nacional. El pueblo de Azerbaiyán cuenta con un gran legado de condición de Estado, y está orgulloso de su glorioso pasado y dispuesto a cualquier sacrificio por la soberanía y la integridad territorial del país. La Guerra Patriótica de 44 días que culminó con la gran victoria de Azerbaiyán bajo la dirección del Comandante en Jefe, Presidente Ilham Aliyev, manifiesta claramente esta determinación, firmeza y el compromiso sólido con el legado histórico y la cultura.
Hoy en día, Azerbaiyán ha alcanzado una transformación fundamental a través de las reformas democráticas. Azerbaiyán cuenta con una de las economías con mayor crecimiento a nivel mundial, mientras más del 70% de la economía del Cáucaso Sur pertenece a Azerbaiyán. Como la pieza esencial en la realización de grandes proyectos regionales e internacionales de energía (Bakú-Tiblisi-Jeyhan, Bakú-Tiblisi-Erzurum, los gasoductos Transanatoliano (TANAP) y Trans Adriático (TAP) – dos importantes segmentos del Corredor Sur de Gas) Azerbaiyán desempeña un papel crucial en la seguridad energética de Europa. Azerbaiyán se ha convertido también en un centro estratégico de infraestructura, con numerosos proyectos en ese sector, entre ellos con el emblemático proyecto de ferrocarril Bakú-Tiblisi-Kars, que reencarna la histórica Ruta de la Seda, conectando Europa con Asia y achicando las distancias entre los continentes.
Azerbaiyán es la puerta de Europa a Asia y el punto de confluencia de la civilización europea con la de Oriente. Con sus características de alto nivel de tolerancia, la convivencia pacífica de varias creencias y el secularismo, Azerbaiyán es un país modelo en el diálogo intercultural.
El Día de la República tiene un significado especial para cada azerbaiyano, por los valores y los principios de la primera república que desde la recuperación de la independencia han sido un faro para Azerbaiyán en su camino hacia el progreso. Este año, el pueblo de la República de Azerbaiyán celebrará el Día de la República – 28 de mayo como una nación victoriosa que ha liberado sus territorios ocupados y ha restaurado la integridad territorial de su país.
Por Rashad Aslanov
Embajador de Azerbaiyán