El 8 de noviembre, Azerbaiyán celebró uno de los eventos más importantes de su historia moderna: el Día de la Victoria. Ese día simboliza la restauración de la justicia histórica y la integridad territorial de Azerbaiyán, la victoria brillante, la unidad nacional y la solidaridad del pueblo azerbaiyano durante la Guerra Patriótica de 44 días.
En el transcurso de casi 30 años anteriores a la Victoria, Armenia había ocupado el 20% del territorio de Azerbaiyán, que no le pertenecía, ni desde el punto de vista histórico, ni de acuerdo al derecho internacional. Como resultado de la limpieza étnica llevada a cabo por Armenia, más de un millón de azerbaiyanos eran refugiados o desplazados internos. Cuatro resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU adoptadas en 1993 exigen la retirada inmediata, completa e incondicional de las fuerzas armenias de los territorios ocupados de Azerbaiyán. Armenia ha ignorado estas y otras decisiones similares tomadas por organizaciones internacionales, como la Asamblea General de la ONU, la Organización de Cooperación Islámica, el Movimiento de Países No Alineados, la OSCE, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y el Parlamento Europeo.
El 27 de septiembre de 2020, Armenia lanzó un ataque a gran escala contra las posiciones militares y civiles azerbaiyanos. Como respuesta, Azerbaiyán lanzó una contraofensiva contra Armenia en su territorio, haciendo uso del derecho a la legítima defensa consagrado en el artículo 51 de la Carta de la ONU.
Durante la guerra de 44 días, las fuerzas armadas armenias dispararon contra las regiones y ciudades azerbaiyanas a lo largo de la línea del frente, atacando asimismo, las ciudades de Ganja, Barda, Mingachevir, Gabala, Siyazan, Jizi y otras ciudades alejadas de la línea del frente, matando a más de 100 civiles.
En contraste, Azerbaiyán, que se adhiere a los principios fundamentales del derecho internacional humanitario sobre la distinción entre el ejército y la población civil, no ha respondido de manera similar a los crímenes de guerra tan atroces como los ataques contra civiles por parte de Armenia. Durante la guerra de 44 días, Azerbaiyán liberó gran parte de sus territorios ocupados, incluyendo las ciudades de Jabrayil, Hadrut, Fuzuli, Zangilan, Gubadli, y el 8 de noviembre, el Día de la Victoria, la antigua ciudad azerbaiyana de Shusha – la cuna de la cultura azerbaiyana. De acuerdo con la declaración tripartita firmada por los presidentes de Azerbaiyán, Rusia y el primer ministro de Armenia, el 10 de noviembre de 2020, para poner fin al conflicto, Armenia se vio obligada a retirar sus tropas de otros territorios de Azerbaiyán: Agdam, Lachin y Kalbajar.
Durante los casi 30 años de ocupación, Armenia deliberadamente destruyó todas las ciudades y pueblos, monumentos culturales y religiosos. Nueve ciudades y cientos de localidades de Azerbaiyán han sido borradas de la faz de la tierra. En los territorios ocupados 65 de las 67 mezquitas fueron destruidas y las dos restantes sufrieron graves daños y fueron utilizadas como establos para cerdos y vacas. Se han destruido 60.000 hectáreas de bosques en las áreas liberadas y se han explotado ilegalmente los recursos naturales.
La principal dificultad que enfrenta Azerbaiyán en las áreas liberadas es la presencia de numerosas minas colocadas por Armenia. Armenia todavía se niega a proporcionar los mapas de minas que a su vez, demora el proceso de recuperación en las áreas liberadas y el regreso de los desplazados internos a sus hogares.
Dado que el conflicto ya es un asunto del pasado, en las áreas liberadas se están realizando los trabajos de construcción a gran escala. Azerbaiyán está construyendo nuevas ciudades y pueblos desde cero, aplicando los métodos modernos de planificación urbana y los conceptos de la “ciudad inteligente” y el “pueblo inteligente”. Azerbaiyán está realizando todo este trabajo por su propia cuenta y, solo en 2021, se ha asignado un presupuesto de 1.300 millones de dólares para tal fin. Actualmente, la construcción de las carreteras y los ferrocarriles está en pleno desarrollo. El primer aeropuerto en las áreas liberadas se encuentra listo para el funcionamiento. El nuevo aeropuerto de Fuzuli se construyó en solo ocho meses y la ceremonia de inauguración oficial se celebró el 26 de octubre de 2021. Por otro lado, está en marcha la construcción de dos nuevos aeropuertos. Las áreas liberadas también fueron declaradas Zona de la Energía Verde.
La ciudad liberada de Shusha ha sido declarada capital cultural de Azerbaiyán, y ya se han organizado varios eventos culturales en Shusha, incluyendo el Festival de Kharibulbul, los Días de Poesía Vagif y el Festival Internacional de Música U. Hajibeyli.
A pesar de 30 años de ocupación y destrucción a gran escala en los territorios liberados, Azerbaiyán está listo para mirar hacia el futuro y planificar su futuro como una parte de la región unificada del Cáucaso Sur. El Presidente de la República de Azerbaiyán, Sr. Ilham Aliyev, ha pronunciado repetidamente en sus discursos que Azerbaiyán está dispuesto a iniciar las negociaciones sobre un acuerdo de paz con Armenia sobre la base de la delimitación y demarcación de las fronteras, el reconocimiento mutuo de la soberanía y la integridad territorial. Tal acuerdo podría convertir a la región en una región de paz y cooperación. Una de las áreas que contribuyen a la paz y la cooperación son los proyectos de transporte. Estos también se reflejan en la Declaración Conjunta del 10 de noviembre de 2020. Esto, en especial, se relaciona con la apertura de nuevos corredores para las comunicaciones y el transporte. El trabajo para la implementación de estos proyectos ya ha comenzado. En este contexto, el corredor Zangazur, que conectará la parte principal de Azerbaiyán con la República Autónoma de Nakhchivan y Turquía, creará nuevas oportunidades para la región. Azerbaiyán continuará sus constantes esfuerzos para contribuir y fortalecer la paz y el desarrollo regional.
Por Rashad Aslanov
Embajador de Azerbaiyán