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Autopistas seguras

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En el país-cambalache, una idea demasiado sofisticada

Tendremos, una vez más, que traer ejemplos del exterior para entender como funcionan las redes viales de tránsito intenso. Aunque suene a perogrullada, el concepto “highway” -autopista, ruta principal- define una vía de circulación rápida, configurada para tránsito pesado y liviano, con velocidades variables según normas preestablecidas, con accesos y salidas que garantizan fluidez en la marcha, además de disponer de recursos de seguridad y asistencia preventivos y paliativos. Vías expresas de esta categoría se planifican para bajar los tiempos de recorrida de un punto a otro que ayudan a reducir costos operativos sobre todo al tránsito comercial -carga, pasajeros, turismo-, componente imprescindible para el transporte masivo de carga de la actualidad.

Las rutas paraguayas están lejos de entrar a esa categoría. Son simples caminos asfaltados y, en el mejor de los casos, dotados de alguna banquina más o menos despejada. A partir de allí, las rutas son como tierra de nadie en donde cualquiera instala el puesto de venta que se le antoje, casi sobre la cinta asfáltica y generando verdaderos “trombos” en estas arterias que, por tramos, hacen colapsar el transito.

Basta cruzar al Brasil para que un conductor atento perciba cómo funcionan sus “rodovías”, verdaderas autopistas despejadas y señalizadas que ofrecen al viajero una corriente ininterrumpida de información. Por ejemplo se advierte, a quien se proponga instalar un puesto de venta siquiera cercano a la ruta, que debe consultar primero con la Policia Rodoviaria que lo asesorará al respecto. Violar esa regla es exponerse a severes sanciones. La regla se basa en estrictas normas que impiden la alteración del orden, velocidad y seguridad de circulación. Cualquier factor que induzca al conductor a variar bruscamente su ritmo de marcha es considerado potencialmente generador de accidentes.

En el Paraguay, como en muchas cosas, la ley existe pero su observación es nula. Hay tramos de la ruta II, en la república de la chipa, que desborda de puestos de venta pegados al asfalto. Allí, la ruta se transforma en estacionamiento. Y eso que la ley 5016 de tránsito y seguridad vial considera falta grave la ocupación ilegal de la franja de dominio de una ruta. ¿Se la cumple? Pregunta irrelevante en el país que es sepultura de todas las teorías.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.
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19-11-24