En el vecino del Este se producen 62 mil asesinatos al año. Eso significa todos los soldados muertos de EEUU en Vietnam en una guerra de 8 años. Con sus 212 millones de habitantes Brasil tiene problemas de todo tipo, más ahora en pandemia que lo deja entre uno de los países más afectados del mundo con más de 600 mil muertos por covid y que no es lo único que amenaza a su población sino también la inseguridad que forma parte de la agenda mediática local Ahora un tema relacionado a este peligro humano le tocó sufrir a una familia de Cachoeira de Macura en el estado amazónico de Pará que se dedicaba a criar tortugas y era un referente de los ecologistas de la zona convertidos en víctimas de la violencia regional.
Suman los muertos
Sus nombres eran José Gomes, su esposa Márcia Nunes Lisboa y su hija adolescente, Joane Nunes Lisboa quienes fueron acribillados con varios tiros. La policía no conoce el motivo de los asesinatos. Los cuerpos fueron encontrados el domingo afuera de la casa familiar en las primeras etapas de descomposición. No es el primer caso de personas envueltas en este tipo de actividades que pagan con sus vidas su oposición al ecocidio que se viene dando de forma frecuente en la Amazonia brasileña.
Los crímenes han conmocionado a la ciudad y ha tenido repercusión internacional. En las redes sociales, ambientalistas y activistas de derechos humanos lamentaron la pérdida de la familia.
El territorio brasileño padece cotidianamente muchos factores de intimidación y de muertos que hacen sumar las cifras de asesinados anualmente. Este puede ser uno de los tantos casos pero tiene un impacto mayor por el compromiso que tenía la familia en preservar los valores ecológicos de la regiòn que habitaban. La expansión de la frontera agrícola y la explotación minera empujaron a hechos violentos recurrentes en el castigado Brasil.
