No se trata de un sencillo paso, transición o cambio de funciones por las demandas que tiene el primer mandatario de cualquier país y más uno que no se encuentra viviendo sus mejores épocas. Atrás quedaron los tiempos de presunción, alardeo o fanfarroneo de lo que uno posee, Argentina, nuestro país vecino, se prepara para realizar sus presidenciales en octubre de este año. Hay 15 aspirantes que confirmaron públicamente su intención de encabezar las boletas presidenciales en el próximo turno.
Algunos de ellos, probablemente, no podrán imponerse en sus internas partidarias y quedarán en el camino, mientras que otros dirigentes -por su capacidad para traccionar votos- llegarán con listas propias a las primarias.
Deben aprender a votar mejor
Horacio Rodríguez Larreta, el intendente de Buenos Aires es una de las principales figuras de la oposición y dijo aspirar a terminar con la división del país. Las elecciones primarias son en agosto. Este hombre es un político y economista argentino, y es actual jefe de Gobierno o alcalde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde el 10 de diciembre de 2015. Y agrega en su agenda el proyectarse a ser el futuro primer mandatario de un país con varias complicaciones de tinte político, económico y social, para intentar volver a estar cerca de lo que alguna vez fue la Argentina que era la referencia del mundo en varios puntos.
Hoy día desafortunadamente ya no está cerca a lo que alguna vez ayer brillaba y se destacaba cómo país de donde la elegancia, limpieza y orden eran las referencias de un país que hoy necesita con urgencia retornar a esas buenas referencias que les sirva para atraer inversiones de un mundo que está cada día más integrado. Alta corrupción, desempleo e inflación por varios años han terminado por agotar a un país cuyo propio nombre habla de una riqueza; la plata.
Solo tiene sentido vivir y trabajar en un país si este posee una población sin miedo a asumir los desafíos y demandas que son algunas funciones cómo presidir un país y esto solo puede tener éxito si la misma población que lo haya elegido a él o ella para que sea su primer mandatario trabaje no solo viviendo de lo que el Estado le dé sino que sobre todo aporte con sus ideas o fuerza para juntos puedan construir seriamente el país que queremos para todos entre todos. Eso lo quieren muchos argentinos aunque otros millones han venido eligiendo a quienes los hunden más. Gran prueba de fortaleza y de creer en el futuro tienen los argentinos el próximo octubre.