Las personas que frecuentan leer mis artículos sabrán que vengo de un accidente que pudo haberme matado. Tuve la oportunidad de sobrevivir e ir por varias terapias, entre esas comencé con la terapia intensiva, la primera donde dependía de herramientas médicas cómo la traqueotomía para respirar, la sonda nasogástrica para alimentarme y la compañía de las personas que estuvieron, están y estarán si llego a vivir algo parecido; mamá y papá.
Una de las pocas cosas que recuerdo haber pensado con intensidad con las rodillas golpeadas y el politraumatismo craneoencefálico que necesito que mi cabeza sea abierta para quitar la sangre que hacía presión al cerebro, y si no era drenada pudo haber dañado funciones cerebrales. Aún en esas limitadas condiciones pude meditar sobre varias cosas cómo el resentimiento que es un sentimiento de desagrado o disgusto que surge cuando una persona guarda enojo, dolor o frustración por algo que le hicieron o que percibió como una ofensa. El hecho de estar quieto sobre una cama sin poder mover nada más que mis pestañas para que mis ojos no se sequen o mis costillas que se inflababan y desinflaban por la respiración fue difícil.
Y no fue un límite para que en mi cabeza se den varias ideas, cómo pensar acerca de este estado afectivo, psicológico y moral «el resentimiento es como el cáncer»es una metáfora utilizada para describir cómo las emociones negativas no resultan, como el resentimiento, pueden ser perjudiciales para el bienestar mental y físico, similar a cómo el cáncer puede progresar y afectar negativamente el cuerpo de quien tenga esta enfermedad. Una muy difícil tenerla cómo compañía, que afortunadamente nunca fue mi cortejo. Pero me tocó ver a personas conocidas que lentamente se despedían del mundo, hasta tener la información de su velorio, entierro y saber que nunca más lo vería, escucharía o reiría con él.
En el accidente que sufrí no recuerdo donde estaba, lo que hacía en el momento o venía de hacer. Mi cabeza borró por efecto natural todo lo que recuerde de lo sucedido. No “vi una luz, a alguien o tuve un mensaje de la otra dimensión” cómo me preguntaron cuando reaccioné en terapia intensiva a estímulos auditivos y visuales.
Valorar la vida
Lo único que no me salía de la cabeza era la sonrisa y ojos de mi novia que muere a mi lado en el accidente. Algo que me entero tiempo después en una terapia cognitiva, pero extrañamente ya sabía de eso en la terapia intensiva. Una de las terapias más importantes, porque en la misma uno está vivo y muerto a la vez y la intención de la misma es lograr que el afectado continúe respirando, viendo, escuchando y recibiendo estímulos sanos que sirvan para una parte muy importante de nuestro organismo que es el cerebro.
Algunas características que suelen presentar las personas resentidas son:
- Tendencia a revivir el pasado. Se muestran ofendidas, adoloridas o rabiosas ante un hecho del pasado, al cual pueden volver con suma facilidad, como si acabara de ocurrir.
- Presentan actitudes defensivas o reactivas. Reaccionan de manera defensiva o agresiva ante situaciones que les recuerdan la ofensa vivida. Por ejemplo, al relatar el daño sufrido, vuelven a mostrar señales físicas y actitudinales de rabia o indignación.
- Tienen dificultad para perdonar: Guardan rencor por mucho tiempo y tienen dificultades para perdonar a quienes les han hecho daño, incluso cuando ya ha pasado un largo período.
- Pensamientos negativos: Suelen tener pensamientos negativos recurrentes, tanto sobre las personas involucradas como sobre la vida en general.
Debemos atender a cómo seamos no solo con los niños, sino cualquiera que por culpa del resentimiento pueda hacer algo imprudente contra otros o sí mismo. Mi experiencia fue altamente aleccionadora para entender la vida y buscar emerger de la obscuridad.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion o intereses particulares
