Hoy Recordábamos un año más del día internacional de acceso universal a la información y de los 6 años de la promulgación de la ley de acceso a la información pública, pero sin presupuesto es como un cumpleaños sin torta. Estas unidades tan importantes para los tiempos que vivimos deben salir cual “bomberos voluntarios” armados de alcancías pedir algunas monedas para hacer su trabajo.
Vale destacar que el derecho a la información es considerado como algo indispensable para el ejercicio que los ciudadanos tienen a la participación en las tareas públicas, y se encuadra como una verdadera facultad jurídica que la tenemos desde el año 2014 con la ley 5282. El único gran problema es que hay una ciudadanía ignorante que no sabe cómo usarla y un estado “ñembotavy” que no hace nada para que funcione.
En este sentido, el Estado, al brindar la información requerida por la persona, está exigido a hacerlo de manera transparente, clara y completa, en la medida en que es demandada por quien desea acceder a ella. Los tiempos han cambiado, actualmente, muchos países están pasando leyes que combaten la corrupción y aumentan la confianza pública en el gobierno. Paraguay no está exento y el estudio del PGN debería de ser de cara a los mandantes, y no una cosa que se sigue cocinando entre cuatro paredes.
El acceso a la información es un elemento crucial del esfuerzo dirigido a reducir la corrupción, acrecentar la responsabilidad gubernamental ante el público, y fortalecer la confianza entre el gobierno y los ciudadanos. Esta administración no pone a los mejores a cuidar de este área que debería ser su muro de contención, pero si no queremos hacer las cosas de forma correcta, de nada va a servir.
Aunque tengamos la ley y mínimas acciones hacia la transparencia por parte de los administradores de turno, no debemos olvidar que “El conocimiento implica poder, y la transparencia es el remedio a la oscuridad bajo la cual la corrupción y el abuso prosperan”. Es tiempo de demandar un mayor compromiso y seriedad en las acciones hacia un estado transparente. Dependerá de una ciudadanía activa, el de “buscar, recibir y difundir”.
Exijamos ahora, que se estudia el PGN, un presupuesto para las oficinas de Acceso a la Información Pública. Es vital para que hagan lo que la ley les obliga. Sin eso es solo una puesta en escena.
