En la esfera de la política no todo es perfecto, como campo humano es propenso a equivocarse desde la aparición de candidatos en elecciones hasta durante sus mandatos. Los resultados del domingo en Chile promueven la idea del retorno a la derecha en ese país trasandino asustado de las protestas callejeras de la izquierda que en el 2019 alcanzaron más de un millón en su capital Santiago.
José Antonio Kast ganó por un escaso margen de dos puntos a Boris, el candidato de la izquierda en primera vuelta. Habrá ballotage el 19 de diciembre próximo. Algunos medios como el británico “The Guardian” destacan entre sus títulos, el nombre de Kast y su tendencia de extrema derecha.
La extrema derecha se destaca por sostener posiciones o discursos nacionalistas, patrioteros, chovinistas o ultraconservadores considerados extremistas. En Europa se mueven firme a su derecha para ir hacia el poder, que en estas latitudes también ya se está sintiendo su sonido y gobierno en Polonia y Hungría por Europa.
Una derecha edulcorada
Sebastián Piñera, simpatizante de la Democracia Cristiana, termina su tercer mandato como primer mandatario, porque ya estuvo en el Palacio de la Moneda en ocasiones anteriores, entre los años 2010-2014 y 2011-2013 con un nivel de popularidad tan bajo que aun siendo de derecha el propio Kast no lo menciona.
Dentro de unos meses el Palacio de la Moneda chileno podrá albergar a un nuevo administrador en un país que tiene una tarea enorme por delante. Un nivel de desconfianza y polarización muy alto y una desigualdad rampante.
Argentina también tiene su propuesta de la extrema derecha, Javier Milei, escritor y economista que también quiere la presidencia argentina aunque en los últimos comicios legislativos no alcanzó el 20%. Esto parecería demostrarnos que lo que fue una presencia fuerte de la izquierda se encuentra mutando hacia el otro polo, quizá porque no haya logrado trabajar bien o la corrupción la haya horadado como el caso de Brasil donde sin embargo ahora Lula surge con mayores posibilidades de volver el próximo año.
La gestión es la clave
Esto nos enseña que no hay trabajo perfecto en política, que puede presentar un rostro joven, sonriente, con grandes títulos universitarios, pero que también puede equivocarse.
Hoy día parece ser que ya no importa la tendencia política, sino más bien cómo gestione, se comunique, no nos preocupamos mucho sobre cuales pueden ser las ideas de plataforma que los motivaron, que significa un riesgo peligroso el caer hacia tendencias extremistas que son capaces también de producir errores extremos cómo en el pasado.
Estamos con mayor capacidad de comparar políticas con el presente y así poder trabajar un mejor futuro para nosotros, que es el propósito de la política. Un oficio para y por el colectivo siendo de derecha o izquierda, es lo que realmente debe ocupar la mente del candidato y el equipo que lo acompaña y respalda, haciendo que el Estado sirva al ciudadano y no esta burocracia que opera en algunos países cómo Paraguay que tiene alrededor de 350 mil funcionarios públicos muchos de ellos supernumerarios que cuestan recursos que podrían ir a salud y educación.
No importa tanto que seas de derecha o de izquierda, lo que importa es que gestiones eficaz y honestamente la cosa pública. Y eso debemos aprender.