@siferbo
Previamente a las elecciones municipales es bueno evaluar la condición de las partes en una elección; los candidatos y los votantes que muchos dicen que deben botar más y votar menos. La idea de escribir esto me surge de un debate realizado en Radio libre 1200 am donde la audiencia se despertó y opinó de distintas maneras y enfoques. Como ciudadanos paraguayos hemos sido testigos de políticos que han pasado por puestos importantes dentro del Estado con mal desempeño en sus funciones y que por eso fueron castigados algunos ya sea con el escrache y pocas veces con el repudio.
Me llamó la atención un comentario que subrayó:” la población ha ganado en cantidad y disminuido en calidad”. Lo que me hizo pensar en la demografía de las ciudades con más conflictos de corrupción o mal desempeño de sus tareas. Habría que entender como ciudadano que el candidato se postula sabiendo que es para servir y no servirse de los bienes del mandatario o los impuestos que paga anualmente confiando que se harán las cosas correctas con ese fondo y no serán utilizados para fines particulares ni nada parecido. Este año gracias a los avances de la tecnología no solo contamos con nuevos medios de comunicación sino de integración conocimiento e información. Este año la capital del Paraguay con un poco más de medio millón de habitantes y otras 255 ciudades del país elegirán a quien tendrá la misión de corregir los problemas de sus ciudades si estos son discutidos y puestos en común entre ellos.
Los ciudadanos o la civis debemos entender que el intendente es como alguien que elegimos para que administre nuestra casa o ciudad una responsabilidad de suma importancia porque implica manejar fondos de mucha gente para mejorar el entorno y dar calidad de espacio a sus habitantes. Estamos desafortunadamente eligiendo entre los menos malos y no entre lo mejores. Los buenos no quieren participar porque la política ha sido colonizada por los puercos. Hay que bajar al ruedo y cambiar esta lógica perversa por el bien del pais y tambien nuestro. La calidad democrática depende de nuestro involucramiento. Recuerden que por cada bueno que no participa en política hay dos malos que ocupan su lugar.