El domingo pasado, las fuerzas armadas de Armenia, con el objetivo de tomar las posiciones hacía el distrito de Tovuz (Azerbaiyán) en la frontera estatal entre Azerbaiyán y Armenia, intentaron efectuar un ataque mediante el uso de fuegos de artillería, informó la embajada de Azerbaiyán con representación consular en Paraguay.
El ataque de las fuerzas enemigas fue impedido por las fuerzas armadas de Azerbaiyán que tomaron las medidas adecuadas de represalia. En resultado de la provocación militar seguido por las continuas tensiones y combates, 11 militares del ejército azerbaiyano fueron asesinados y hay heridos
Las fuerzas armadas de Armenia realizan, deliberadamente, los ataques contra la población civil de Azerbaiyán. En consecuencia, el 14 de julio un civil azerbaiyano de la región de Tovuz, nacido en 1944, fue asesinado. Armenia ha cometido esta agresión militar y las violaciones del alto al fuego en un tiempo, cuando Azerbaiyán junto con la comunidad internacional hace un llamado a la solidaridad global y la cooperación multilateral en la lucha contra la pandemia del COVID-19 que enfrenta la humanidad.
El análisis militar muestra que el ataque fue comenzado, precisamente, por las fuerzas armadas de Armenia y se había preparado con una intención deliberada. Este ataque de provocación de las fuerzas armadas de Armenia debe analizarse como la continuación de los actos y declaraciones de la dirigencia del estado agresor Armenia que, últimamente, sirven para escalar las tensiones en la región. Armenia pretende que Azerbaiyán atacó posiciones armenias con un automóvil “UAZ”.
«Consideramos esta pretensión realmente ridícula e incomprensible. Si el ejercito azerbaiyano hubiera tenido la intención de atacar, entonces no usaría un automóvil “UAZ”, sino los poderosos y destructivos equipos del arsenal que posee. Además, Azerbaiyán hizo un llamado a los organismos internacionales y los representantes militares de los países extranjeros para comprobar el área donde ocurrieron los ataques e investigar lo que pasó y quién es el responsable de esta provocación militar, cuando las condiciones operativas lo permitan», señala el comunciado.
ANTECEDENTES
El objetivo de Armenia al cometer esta provocación no fue, solamente, desviar la atención de la grave situación socioeconómica interna y la situación preocupada por la pandemia del COVID-19, sino también involucrar a países terceros en el conflicto que existe desde hace 30 años entre Armenia y Azerbaiyán. Armenia estaba tratando, precisamente, de aprovechar de los países de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva para su política sucia y esconderse detrás de esa organización. Sin embargo, sus expectativas se frustraron.
En los años 1990-93, Armenia realizó la agresión militar contra Azerbaiyán, ocupando Nagorno-Karabaj y 7 distritos adyacentes (Kalbajar, Lachín, Gubadlí, Zanguilán, Jabraíl, Fizulí, Agdám), que representan el 20% del territorio de Azerbaiyán y cometió la limpieza étnica contra 1 millón de azerbaiyanos, que fueron expulsados de sus tierras de origen convirtiéndose en desplazados internos. Existe una base legal muy sólida que se compone de las resoluciones y decisiones adoptadas por los principales organismos internacionales para la resolución del conflicto.
Las 4 resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (822, 853, 874 y 884) aprobadas en 1993 afirman que la región de Nagorno-Karabaj es una parte integral de Azerbaiyán y exigen la retirada inmediata, completa e incondicional de las fuerzas de ocupación armenias de todos territorios ocupados de Azerbaiyán, así como el retorno de los desplazados internos a sus tierras de origen en condiciones de seguridad y dignidad. Además, todos los documentos adoptados con respecto al conflicto condenan, inequívocamente, la ocupación de los territorios de Azerbaiyán y reafirman el respeto por la soberanía y la integridad territorial de la República de Azerbaiyán y la inviolabilidad de sus fronteras internacionalmente reconocidas.
En lugar de eliminar las consecuencias del conflicto y retirar sus tropas de ocupación de los territorios internacionalmente reconocidos de Azerbaiyán, Armenia que ha reflejado su política de agresión en su estrategia nacional de seguridad, pone en evidencia pública su intención de ocupar nuevas posiciones y elevar las tensiones en la región. La última provocación perpetrada a lo largo de la frontera, es un hecho más que demuestra que Armenia está desinteresada en la solución negociada del conflicto de Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán.
Numerosos miembros de la comunidad internacional condenan los actos provocativos de Armenia, respaldan el derecho internacional y sus principios fundamentales como la integridad territorial y la soberanía de los países, lo que demuestra la inutilidad de la política insidiosa del gobierno armenio. La plena responsabilidad por estas acciones de provocación, que solo sirven para agravar la situación en la región, recae sobre Armenia.