¿Tienen idea del daño que están haciendo, honorables…?
Lo volvieron a hacer. Primero fue la Comisión Bicameral de Presupuesto que recortó un montón de plata del fondo de excelencia para la educación, la ciencia y la tecnología, redireccionándola a salarios de los parásitos del Estado. Luego fueron los diputados que se hicieron encima del presupuesto 2022 de becas, al que le dieron un nuevo tarascón tras el que ya le habían asestado a los fondos del año en curso. Así, en apenas 24 meses, fueron 800 becas las que se fueron por el sumidero de los gastos fijos.
Así desvencijado, carneado y desangrado, el fondo para becas de posgrado y el programa Prociencia del Conacyt pasa ahora a la Cámara de Senadores. Si a los honorables patres les queda un poco de sangre en la cara deberían dar un giro de 180 grados a este desmadre perpetrado por sus colegas “jóvenes”, restituyendo a sus legitimos destinatarios la plata que les arrebataron.
Es increíble tener que pensar que quienes hacen las leyes en el Paraguay priorizan sus apetencias y comodidades personales por encima de la educación.
Walter Cronkite, el legendario presentador de la cadena norteamericana CBS News, consideraba que “cualquiera sea el costo de nuestras bibliotecas, el precio es barato en comparación con el de una nación ignorante”. Cortando presupuesto para becas y programas de posgrado y formación docente, los honorables están demostrando que les importa un carajo dejar detrás de ellos legiones de jóvenes que no pudieron completar su educación porque la plata necesaria se la farreó esa madriguera de 125 legisladores y 3.000 parásitos que han colonizado el edificio del Congreso y que no amaga ni irse ni bajar su hambre insaciable de plata presupuestaria.
Les queda a los senadores una oportunidad única de demostrar para qué están allí: para velar porque la educación y la formación de postrado de generaciones enteras de jóvenes paraguayos se lleve adelante sin trabas presupuestarias… o si están solo para acumular y defender privilegios inmerecidos sólo porque tienen la manija presupuestaria y la mueven sin pudor alguno en beneficio propio.
Todos, diputados, senadores y funcionarios que se apiñan como sardinas en oficinas desbordadas, ya demostraron carecer por completo de vergüenza en muchos operativos pro bolsillo.
Esta es una oportunidad para redimirse.
Si fallan esta, no pidan que se les vuelva a creer ni el saludo.