Itaipú recuerda un aniversario más de la firma del Acta de Iguazú. El documento había sido suscripto un día como hoy, pero de 1966, y fue la piedra angular para que Paraguay y Brasil concreten la construcción de la Central Hidroeléctrica que hoy ostenta el récord de energía acumulada a nivel mundial.
Hace 55 años, se reunieron en Puerto Presidente Stroessner (hoy Ciudad del Este) y en Foz de Iguazú, el Dr. Raúl Sapena Pastor, ministro de Relaciones Exteriores del Paraguay; y el embajador Juracy Magalhães, ministro de Relaciones Exteriores del Brasil. El encuentro tenía como fin fortalecer las relaciones bilaterales, considerando las divergencias limítrofes que existían en la época.
El acta resultante de esta reunión, presentada en los idiomas portugués y español, después de leída y aprobada, fue firmada en la ciudad de Foz de Iguazú por los cancilleres de ambos países. Efectivamente, este documento ayudó a subsanar las discrepancias y plasmó el deseo de “reafirmar la tradicional amistad entre los dos pueblos hermanos”, según detalla el escrito. Además, los cancilleres “expresaron el vivo deseo de superar, dentro de un mismo espíritu de buena voluntad y de concordia, cualesquiera dificultades o problemas, encontrándoles soluciones compatibles con los intereses de ambas naciones”.
En el acuerdo bilateral se dejó sentada la disposición de que los dos Gobiernos iban a proceder “de común acuerdo, al estudio y evaluación de las posibilidades económicas, en particular de los recursos hidráulicos, pertenecientes en condominio a los dos países, del Salto del Guairá o Salto Grande de las Siete Caídas”. Siete años más tarde, ambos países consolidaron la intención de edificar la represa con la firma del Tratado de Itaipú.
Edificada por paraguayos y brasileños, la Central Hidroeléctrica de Itaipú se convirtió en una de las siete maravillas de la ingeniería moderna del planeta. Si bien empezó a producir energía en 1984, más de medio siglo después, la usina continúa con un óptimo desempeño, incluso pese al difícil escenario que han traído la pandemia del COVID-19 y la crisis hidrológica. La central abastece a cerca del 90% de todo el consumo de Paraguay y suministra casi el 15% de toda la energía que demanda Brasil.
