POR: BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
UN PAÍS ENFERMO
Una de las cuestiones que debe transformarse pronto y rápido es la salud en el Paraguay. No podemos continuar con el mismo esquema que solo ha traído pobreza, marginación, falta de oportunidades y, en muchos casos, de muerte.
Hay una serie de factores que llevan a la conclusión de que nuestro sistema de salud está por los suelos. No es solamente que los anestesistas del IPS quieren trabajar menos y cobrar más, sino que también hay varias necesidades en nuestros hospitales públicos que se caen a pedazos, que no tienen la inversión que se requiere, que carecen de medicamentos, pero, por sobre todo, lo que se nota es una completa desorganización en el sistema sanitario.
Mientras en otros países hace muchos años los médicos del sector público son contratados para trabajar 35 horas semanales y les pagan entre 20 y 25 millones de guaraníes, aquí por un vínculo de 12 horas les pagan 4 millones y medio de guaraníes.
Y eso lleva a que no se tenga al médico de manera prolongada en un hospital, lo que no favorece a la calidad del tratamiento al paciente. Son varios médicos que se van turnando para cuidar de un mismo paciente, y esa cuestión lleva incluso a serias complicaciones en la salud de quien debería ser el objeto y el sujeto de cualquier programa sanitario: el paciente o quien recurre a la asistencia sanitaria.
Lo que se necesita en el Paraguay son ideas que se lleven adelante para modificar drásticamente este sistema de salud que no funciona bien para nadie, solo para los que especulan con la muerte de algunos.
OPOSITORES Y DIVIDIDOS
La oposición se enfrenta a un reto en Asunción: tendrá que determinar quién es su mejor candidato o candidata, ya que ahora se habla de mujeres que se disputan la posibilidad de alcanzar la administración municipal asuncena, que se encuentra a los tumbos.
Estamos hablando de tres protagonistas: Johanna Ortega, quien es diputada nacional y quien le pidió los votos a sus votantes para completar su período, no para salir a la mitad del mandato y buscarse otro.
También se encuentra Kattya González, que habría sido candidata si es que había elecciones y no renunciaba Nenecho Rodríguez. Y también se encuentra Soledad Núñez, quien fue exministra de Vivienda de Horacio Cartes y posteriormente compañera de fórmula de Alegre en las últimas elecciones presidenciales.
Entre estas tres personas existe la posibilidad de que una de ellas sea la candidata, pero habría que mirar en realidad cada uno de los perfiles e ir a una compulsa de carácter electoral que permita sacar al candidato o la candidata más apropiada.
Con la imagen que están proyectando, solo favorecen a que los colorados y el mismo equipo que llevó a la situación ruinosa de Asunción vuelvan al poder o continúen con el mismo. Eso sería lamentable y suicida para los asuncenos. La oposición debe madurar, crecer y asumir responsablemente el desafío que supone la administración de la capital paraguaya.
SOBERANÍA DE BAJA INTENSIDAD
Las cuestiones internacionales son cada vez más frecuentes de análisis en correlación de fuerzas. El triunfo de Milei en la Argentina lo reivindica Trump en el Air Force One, que lo trajo de vuelta de su gira asiática, en donde dice más o menos que él fue el que ganó las elecciones en ese país.
Para los argentinos no debe ser una cuestión muy agradable escuchar este tipo de declaraciones, pero también la alta dependencia de los 20.000 millones de dólares prometidos para salvar la economía de ese país ante los embates de una cotización del dólar que no pueden controlar resulta cada vez más notoria de cómo, desde afuera, están permeando las administraciones locales de varias naciones.
Lo que tendríamos que mirar es que, sin este nuevo reacomodamiento geopolítico a nivel global, que puede traer un solo país manejando la economía y los destinos políticos de todos, o la construcción de proyectos nacionales o regionales que le hagan el contrapeso, es parte de una discusión que está en curso en el mundo y de la que sabremos sus resultados quizás en cinco años.
Periodista Senior